El intendente municipal, Arturo Rojas, y sus interlocutores en el Concejo Deliberante, dieron una vez más, muestras de la capacidad de negociación y convencimiento que tienen con algunos bloques de la oposición legislativa, en el marco de la aprobación exprés del proyecto de Ordenanza Fiscal Impositiva.
El martes pasado, el Departamento Ejecutivo envió al Concejo el proyecto para modificar las tasas municipales, conocido como OFI. Y, al igual que en años anteriores, no sólo logró su tratamiento con una velocidad inusitada, sino su aprobación prácticamente sin estudio previo.
Desde su llegada a la intendencia, Rojas tuvo en el cuerpo deliberativo una composición que siempre fue suficiente para aprobar cuanto proyecto político quisiera imponer. Si bien su bloque, hoy denominado Nueva Necochea, nunca llegó a tener 10 ediles propios, siempre tuvo el acompañamiento de otros bloques que simplemente se dedicaron a levantar la mano en la misma forma que el oficialismo.
Sin embargo, tras el recambio del Cuerpo, el oficialismo quedó con 8 ediles propios, mientras que la oposición obtuvo con 12 bancas, divididas en diferentes bloques.
Si bien todo hacía suponer que esta nueva composición le traería algún inconveniente al Ejecutivo a la hora de aprobar proyectos, la realidad marca a las claras de que eso no ocurrió, no ocurre y, pareciera, no ocurrirá más adelante. De una u otra manera, Rojas y su gobierno encuentran, sesión tras sesión, el acompañamiento de algún bloque que le permite la mayoría necesaria para darle vía libre a su idea. Todo esto ocurre, obviamente, negociación mediante con algunos actores de la oposición.
El último ejemplo, es el de la Ordenanza Fiscal Impositiva. El Ejecutivo pidió un incremento base de 68 por ciento en todas las tasas municipales, la creación de la denominada “tasa a los combustibles”, y una actualización trimestral en las mismas a través de una fórmula polinómica.
En ese último aspecto, hay que decir que nadie sabe a ciencia cierta, cómo se eligieron los rubros para cada fórmula y, muchos menos, la ponderación que cada uno de estos elementos van a tener a la hora de ser actualizadas.
Reiteramos: el proyecto ingresó el martes por la mañana y 48 horas más tarde ya fue tratado y aprobado por los concejales. Posiblemente, muchos ediles ni siquiera la han leído de forma completa antes de llegar a la sesión.
En el transcurso de esos dos días, el Ejecutivo tuvo que negociar algunas cuestiones. En principio, la oposición logró retirar la “tasa a los combustibles” y bajó 13 puntos la idea original de Rojas en cuanto al incremento inicial.
Pero como ocurre en toda negociación, uno da algo a cambio de otra cuestión. Si bien retiró este nuevo gravamen, rápido de reflejos logró incorporar el proyecto del Fondo Compensador Vial (Fo.Co.Vi.), que había sido impulsado por el edil peronista Julián Kristiansen y que era acompañado por el propio jefe comunal.
Es decir, no percibirá el 3% que se disponía hacer a través de la carga de combustibles de toda la población; pero sí recibirá dinero fresco por el paso de los camiones por el Distrito hacia Puerto Quequén, aunque deberá afectarse a una cuenta a tal fin.
Justamente, el concejal de Unión por la Patria-PJ no fue el más agraciado durante la sesión. Desde que anunció el proyecto de la “tasa portuaria”, que era prácticamente igual al ya aprobado y luego derogado por el Concejo Deliberante en la gestión de Facundo López, nunca pudo tener la firmeza necesaria para que sea tratado en alguna sesión.
Además, el proyecto fue girado al Departamento Ejecutivo, desde donde luego de enfriarlo durante varias semanas, finalmente lo introdujo en la Fiscal Impositiva, pero con bruscos cambios en la idea original.
Si bien la tasa quedó afectada a una cuenta específica y fue aprobada por mayoría, la falta de “timing” de Kristiansen quedó en evidencia. Tal es así que debió, finalizada la sesión ordinaria, presentar un nuevo proyecto para que se conforme una Comisión mixta para que se controle el destino de esos fondos.
Tampoco tuvo suerte en este aspecto, ya que sus pares decidieron que el mismo fuera pasado a Comisión y no se aprobó. Hasta sus compañeros de interbloque, Mauro Velázquez y Rocío Mateo decidieron darle la espalda con el Fo.Co.Vi. y se abstuvieron.
Párrafo aparte es lo que sucedió con el bloque de la Unión Cívica Radical. El miércoles, desde el Comité Gabino Goicoechea de Quequén, se envió un duro comunicado criticando el aumento desmedido de las tasas municipales, la creación (frustrada) de la tasa a los combustibles y el Fo.Co.Vi. Sin embargo, y pese a que en las alocuciones de Gonzalo Diez y Alejandro Bidegain se castigó duramente al gobierno de Arturo Rojas, el bloque finalmente le dio los votos necesarios para que se aprobaran los incrementos.
En alguna sesión pasada, un concejal graficó que la UCR es como el tero… grita en un lado, pero pone los huevos en otro. Pareciera que tuvo razón.
¿Quién ganó y quién perdió? Parece una pregunta de difícil respuesta. El Ejecutivo no pudo imponer su proyecto original, tampoco la oposición logró grandes modificaciones… Tal vez, la respuesta más sencilla sea que quienes perdimos, una vez más, somos los contribuyentes, que tendremos que afrontar una nueva suba en las tasas municipales.
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