El Congreso de la Nación, primero desde el Senado y luego con el apoyo de Diputados, aprobó la ley que modifica el artículo 4to del Código Electoral Nacional, incorporando la denominada Boleta Única Papel (BUP), lo que conlleva, básicamente, un histórico cambio para el régimen democrático argentino.
Como toda modificación de este estilo, el debate tuvo un interesante planteo entre quienes se mostraron a favor de la nueva Ley y quienes no estaban de acuerdo con cambiar la forma de votación de los argentinos.
Para quienes terminaron dando su aprobación, la Boleta Única Papel traerá “más transparencia” al sistema electoral argentino. Con esto se genera una cierta dicotomía, ya que quienes son oposición suelen criticar el hoy antiguo sistema de votación, ya que a su entender era fácil de generarle una trampa, como el “voto cadena” o “el robo de boletas en la urna”, cuestiones que han sido denunciadas en infinidad de oportunidades, pero muy pocas veces se pudo comprobar alguna de ellas.
La realidad es que, si el sistema anterior hubiera sido tan sencillo de falsear, los oficialismos nunca habrían podido perder una elección. Al menos, eso indicaría el sentido común. Sin embargo, desde 2015 a la fecha, las tres últimas elecciones nacionales fueron ganadas por un partido o frente electoral opositor.
Pero más allá de esta cuestión, este nuevo sistema traerá aparejado la necesidad imperiosa de generar una campaña de educación cívica muy importante, ya que su aplicación, al menos tal como lo marca la nueva Ley, no parece tan sencilla.
El artículo 62 bis de la nueva ley indica que “la Boleta Única incluirá todas las categorías para las que se realiza la elección, claramente distinguidas”, la cual estará dividida en espacios, franjas o filas horizontales para cada una de las categorías de cargos electivos y en espacios, franjas o columnas verticales, para cada agrupación política que cuente con listas oficializadas de personas propuestas para ocupar los cargos públicos electivos.
Las columnas tendrán el nombre de la agrupación política y en las elecciones presidenciales, cuando en la misma franja se incluyan legisladores nacionales, se utilizará el nombre de la agrupación de orden nacional. En el caso de las elecciones primarias, la denominación de la lista interna.
También deberán contar con el logo o la sigla del partido o el frente político que se presenta en la elección, los cargos a elegir, el nombre y apellido de los candidatos y la fotografía de quienes buscan ser presidente, vicepresidente y el primer binomio de legisladores.
La Ley se aplicará para las elecciones nacionales, es decir que también incluirá, por ejemplo, los cargos para el Parlasur. Es decir, el elector se encontrará con una papeleta de grandes dimensiones o, al menos, eso es lo que podemos suponer en un principio.
En Necochea
Esto nos lleva a preguntarnos qué tal cómoda será esa papeleta para quien se acerque a emitir su voto. Si bien, en principio lo que se busca es generar menos gasto en papel, también es cierto que, si el nuevo sistema complejiza la elección, bien podría dar un incremento en, por ejemplo, el voto en blanco.
Es que cada elector debe marcar los candidatos de su gusto. La columna no seleccionada, se tomará como voto en blanco. Marcar más de una columna, será nulo. Situación que, con las boletas individualizadas por cada partido, parecía ser más sencillo de resolver.
Aquí hay otro punto a observar. Como la ley es nacional, aquellas provincias que no implementen un sistema de iguales características, como la de Buenos Aires, deberán votar de dos maneras diferentes. Otra complicación.
Hoy, en la Legislatura bonaerense, existe un proyecto presentado por el diputado Diego Garciarena, del bloque UCR + Cambio Federal, que busca que la provincia también incorpore el nuevo sistema de BUP. Aún está en debate.
En Necochea, entonces, en 2025 habrá una Boleta Única Papel para elegir a los representantes al Congreso Nacional, pero seguiremos con el modelo tradicional para definir legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares.
Uno de los argumentos para el cambio de sistema fue que, aquellos partidos políticos más chicos no deberían gastar tanto dinero en imprimir boletas no sólo para el día de la elección, sino también para repartir con su militancia en las semanas previas. Cabe señalarse que esta Boleta Única de Papel será impresa por el Estado nacional.
Sin embargo, el argumento queda de lado para partidos vecinales. En nuestro caso, tanto la Agrupación Comunal Transformadora como Nueva Necochea, por ejemplo, deberán continuar con la misma estrategia utilizada hasta el año pasado.
Sí puede generarse algún cambio en la estrategia electoral, sobre todo la que ha planteado el oficialismo necochense en las últimas elecciones, cuando solía repartir su boleta local junto a la de los restantes partidos o frente electorales provinciales y nacionales. Ahora, esa situación no se podrá concretar.
A la vez, el resto de los partidos que pretendan participar de la contienda provincial y local, también deberán continuar imprimiendo los padrones electorales para repartir como habitualmente la liturgia política ha establecido desde el regreso de la democracia, en 1983.
La realidad es que el gobierno nacional hoy celebra la aprobación de esta nueva ley, considerando por su lógica economista de “déficit 0” un golpe al bolsillo de la “casta política”. Habrá que esperar a los comicios del año próximo para determinar, finalmente, si este nuevo sistema mejora la vida democrática del país o la complejiza.
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