El sistema público de salud en Necochea se encuentra en crisis. No es una novedad, ni tampoco es algo que se le pueda achacar al gobierno municipal de turno. Pero está en crisis, desde hace ya varios años, y no se avizora una mejorara en el corto plazo.
Podríamos decir que se encuentra en el Servicio de Terapia Intermedia o Cuidados Intermedios, cuya función es ser un nivel de atención médica que se le brinda a los pacientes que necesitan una vigilancia y un tratamiento más intenso que los de una Sala de Cuidados Generales, pero menos que los de una unidad de cuidados intensivos.
En la terapia intermedia pueden ser atendidos pacientes sometidos a cirugías complejas, pacientes con enfermedades crónicas que requieren monitoreo constante, pacientes con insuficiencia respiratoria o cardiaca y aquellos que necesiten cuidados postoperatorios intensivos, pero no requieren una UCI (Unidad de Cuidados Intensivos).
Como ejemplo reciente de esta situación crítica, podemos enumerar que, en mayo pasado, el Concejo Deliberante aprobó el proyecto enviado por el Departamento Ejecutivo para declarar en emergencia “servicio de emergencias de adultos del Hospital Municipal de Necochea ‘Dr. Emilio Ferreyra’ y las Unidades Sanitarias Municipales de las localidades de Ramón Santamarina y Claraz, por el plazo de 90 días corridos”.
El decreto, que fue criticado por parte de la oposición política en el Cuerpo deliberativo, estipulaba que “para cumplir con los fines de la declaración de emergencia, y por el tiempo que esta dure, el Departamento Ejecutivo está facultado para: a) Racionalizar y reorganizar las estructuras administrativas. b) optimizar recursos humanos. c) ejecutar acciones tendientes a atender sanitariamente a la población del Partido de Necochea mediante la incorporación de nuevos médicos”.
La medida se debió, según las propias palabras del gobierno municipal, a la crisis de personal que se desató luego de que quedaran sin efectos los decretos promulgados por el gobierno nacional y provincial por la pandemia de Covid-19.
Como se recordará, por aquel entonces, los ejecutivos nacionales y provinciales dispusieron medidas extremas para poder contratar médicos de otros países, especialmente venezolanos, a fin de poder atender la demanda que se generó a causa del virus.
Al “caerse” esas disposiciones, los médicos venezolanos que prestaban servicios en nuestro distrito y no tenían su título revalidado, no pudieron seguir ejerciendo su profesión.
A raíz de esta situación, desde la Secretaría de Salud se intentó reestructurar el servicio público para, de esa manera, poder atender la demanda constante de las guardias de adultos en las localidades del interior y los nosocomios de Necochea y Quequén; y también los servicios externos que éstos deben prestar a la población.
Cabe recordar, además, que meses atrás, varios médicos que cumplían funciones en el Hospital Municipal “Dr. Emilio Ferreyra” decidieron renunciar a las guardias médicas por diferencias con algunas autoridades. Esto, llevó a que hasta los propios funcionarios debieran cubrir algunos días de trabajo.
La realidad es que no son muchos los médicos que aceptan sumarse al servicio público de salud. Primero, por la gran demanda de pacientes que concurren a los hospitales municipales y, segundo, porque los sueldos no son lo suficientemente atractivos. Por supuesto, esto es un combo difícil de revertir.
Otro ejemplo que grafica esta situación fue que el concejal de la Agrupación Comunal Transformadora y excandidato a intendente, Juan Pedro Arabarco, decidió solicitar licencia en su rol como edil y pasó a desempeñar funciones como médico en las localidades de Claraz (de donde es oriundo) y Ramón Santamarina, a modo de tratar de paliar un poco la crisis en el sector.
Vale recordar, como indicábamos más arriba, que esta situación no es nueva. Lleva ya varios años con algunos altibajos. Años donde el sistema parece ordenarse y, otros en los cuales la situación económica lo golpea hasta dejarlo prácticamente en terapia intensiva (falta de insumos, personal médico, auxiliares, etc.)
Mientras todo esto ocurre, aún se espera que baje desde el Departamento Ejecutivo el proyecto para crear un Ente Descentralizado de Salud. Este, fue un eje importante durante la campaña electoral que llevó a Arturo Rojas a ser reelegido, el año pasado. Incluso, se pensaba que sería uno de los primeros proyectos que bajarían al Legislativo, pero por el momento aún se encuentra en el primer piso del Palacio Municipal.
La propia secretaria de Salud, Andrea Perestiuk, adelantó a Ecos Diarios de qué se trata el mimo. Según sus propias palabras, apunta a “tener un sistema mucho más eficiente, que tenga que ver con las distintas formas de contratación de las que tenemos responsabilidad como Estado municipal”.
De todas formas, advirtió rápidamente que esto “no significará la solución a todos los problemas” que tiene el sistema de salud público necochense.
Un punto positivo
Pero dentro de este contexto, hay algunos elementos que deben catalogarse como positivos. Desde hace año, la Asociación Cooperadora del Hospital Municipal “Dr. Emilio Ferreyra” tiene un sueño: adquirir e instalar un tomógrafo.
Meses atrás, el intendente Rojas obtuvo, a través de gestiones en La Plata, la aprobación de un leasing por parte del Banco Provincia que posibilitará la compra de esta aparatología. Ahora, la entidad cooperadora deberá hacerse cargo de la obra civil y, de esa manera, cumplir aquel viejo anhelo.
Tal vez, esto pueda ser el puntapié que necesita la ciudad y, particularmente el sistema de salud público, para dejar la “terapia intermedia”, pasar por la “sala de cuidados generales” y, finalmente, ser dado de alta como paciente.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión