¿Somos una ciudad turística? La pregunta que sobrevuela Necochea prácticamente todos los años, más cuando se acerca una temporada estival, parece nunca tener una respuesta convincente. La realidad es que, aún con cierto debate posible, nuestra ciudad es una localidad turística al menos en los conceptos básicos: atractivos naturales (mar, río y parque), servicios temporales (alquileres de viviendas, hotelería y balnearios) y la llegada de gente de otras localidades por un período de tiempo determinado o predefinido.
Así planteado, la segunda pregunta que surge rápidamente en cualquier charla de café es ¿qué le ofrece Necochea al turista? Y aquí sí el debate suele plantearse ya con más intensidad y con cierto grado de dificultad para poder sostener una respuesta sólida y única.
Pero mientras todo esto ocurre, lo cierto es que la Municipalidad de Necochea, luego de la aprobación brindada desde el Concejo Deliberante, tendrá durante esta semana que comienza un intenso calendario de concesiones que buscarán mostrar cierto dinamismo turístico de cara a la temporada 2025-2026.
En cuatro jornadas sucesivas -mañana, jueves 25, viernes 26 y lunes 29- se abrirán los sobres correspondientes a la licitación de cuatro concesiones claves: el balneario “Terrazas”, el ex balneario ACA, el ex parador “El Point” y el ex balneario “Kem Kem”, en Quequén, junto a la escollera Norte.
Más allá de la formalidad de las licitaciones, lo que está en juego es el modelo de ciudad que Necochea pretende consolidar hacia las próximas décadas. No es casual que los pliegos establezcan concesiones por 30 años con 10 de prórroga: se trata de un horizonte de medio siglo que condicionará no sólo la explotación turística, sino también la fisonomía urbana de la franja costera.
Según detalla hoy Ecos Diarios, en la página 2, lo interesante en esta oportunidad es que las cuatro unidades turísticas han llamado la atención y han conseguido tener, al menos, un oferente cada una. En la previa, parece ser un punto a favor.
El caso del balneario “Terrazas” es paradigmático: con su concesión vencida, logró sostenerse con permisos precarios durante la última temporada. Ahora, el desafío es definir un nuevo concesionario que combine la explotación comercial con un proyecto arquitectónico y ambiental sostenible, que respete el valor paisajístico de la avenida 2.
El ex balneario ACA, ícono de los años 70, simboliza otro dilema. Desde 2020 está cerrado y semidestruido, transformado prácticamente en un baldío urbano frente al Casino, cuyo porvenir también se debatió entre la privatización y la revalorización pública. Allí, la licitación no es solo una concesión: es la oportunidad de recuperar un espacio que alguna vez fue motor de la vida social, y que hoy representa la degradación de un frente marítimo que debería ser orgullo y vidriera de la ciudad.
En tanto, el ex parador “El Point”, enclavado en el Parque Miguel Lillo, tuvo un intento de reapertura con permiso precario el año pasado, pero permaneció cerrado. Ahora se lo proyecta como un predio con kiosco y fogones. La redefinición del lugar será una prueba de fuego para articular el uso recreativo popular con la rentabilidad privada, un equilibrio clave en un parque que es pulmón verde y atractivo turístico al mismo tiempo.
Por último, el ex balneario “Kem Kem”, en Quequén, junto a la escollera Norte, concentra un potencial estratégico. Allí la frontera entre lo urbano y lo portuario, entre lo turístico y lo productivo, es evidente. Su recuperación puede ser la llave para revitalizar la playa quequenense hacia al sector portuario, sobre todo teniendo en cuenta el crecimiento que ha mostrado el sector hacia el Norte.
El urbanismo de las ciudades costeras no se debería medir sólo en metros de hormigón o cantidad de paradores, sino en capacidad de integrar turismo, ambiente y comunidad. En Necochea y Quequén, durante décadas, la lógica concesionaria fue más de supervivencia que de planificación, con permisos precarios, edificaciones que terminaron en ruinas y paradores convertidos en símbolos de abandono.
Ahora, el esquema de concesiones a largo plazo permite proyectar inversiones significativas. No obstante, el riesgo es claro: si no hay control estatal, equilibrio en las exigencias ambientales y participación comunitaria, el frente costero puede convertirse en una sucesión de negocios privados desconectados de la trama urbana.
Pero más allá de las cuestiones que tienen que ver con el desarrollo público/privado del sector turístico, la política y la gestión del intendente Arturo Rojas también debe terminar de definir algunas otras cuestiones.
Tal como lo adelantó a Ecos Diarios él mismo, Matías Sierra asumirá en diciembre próximo como concejal, dejando así la Secretaría de Turismo y Producción. Por ende, alguien deberá ocupar ese cargo. Si bien hay nombres en la “danza de la fortuna”, quien sea designado al frente de dicha cartera municipal marcará cuál será el horizonte al actual la gestión de Nueva Necochea buscará llegar de cara, en principio, a los últimos dos años de gobierno de Rojas.
:format(webp):quality(40)/https://ecosdiarioscdn.eleco.com.ar/media/2025/09/comentario_2.jpeg)
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión