“Uno prioriza el hecho de estar vivo, de poder contarlo y ayudar a otros”
La necochense Cecilia Gotta contó lo que está viviendo en Valencia, después del fuerte temporal que provocó inundaciones y destrucciones en distintos pueblos de la región española. “Nunca había vivido algo así”
Julieta Moreno
Redacción
“Cuando amaneció y abrí la persiana, vi el panorama y me largué a llorar porque no lo podía creer; es la primera inundación que vivo en mi vida y, si bien a mí no me pasó nada, ver todo el desastre alrededor duele mucho, porque el río arrasó con todo lo que tenía a su paso”, expresó la necochense Cecilia Gotta, tras vivir el fuerte fenómeno climático que azotó a Valencia (España) y que provocó inundaciones y destruyó puentes, casas y dejó más de 200 muertos.
Después de trabajar en la temporada italiana, en la ciudad de Rímini, la periodista Cecilia Gotta, se instaló hace 20 días en Algemesí, un pueblo que pertenece a la provincia de Valencia y que está a 30 kilómetros de la ciudad principal.
“Cuando llegué hace 20 días, noté un pueblo activo, acogedor, con gente muy amable, que vive mucho afuera, en los restaurantes y cafés”, recordó sobre sus primeros días en el suelo valenciano. “Lo conocí resplandeciente y con una limpieza impecable”, destacó. Ahora, después de las inundaciones, la localidad -que tiene poco más de 25.000 habitantes-, está irreconocible, paralizada y con su población muy golpeada por las pérdidas materiales que han sufrido y, por lo menos, siete fallecidos.
En una entrevista, Cecilia Gotta, quien trabajó durante 16 años en Ecos Diarios, relató lo que vivió durante el temporal, pero también hizo hincapié en el dolor que se siente el día después. Sin embargo y, pese a la situación que está viviendo, expresó: “Uno prioriza el hecho de estar vivo, de poder contarlo y ayudar a otros”.
“El río pasaba por la calle”
Las inundaciones se produjeron entre el martes 29 y miércoles 30 y, si bien se sabía que iba a llover, nadie esperó semejante desastre natural.
Según relató la necochense, los días previos al temporal no se había emitido ninguna alerta desde el gobierno, pero sí se sabía que había pronóstico de lluvia.
Sin embargo, todo cambió el martes 29 al mediodía cuando se mandó la primera alerta desde el Ayuntamiento, donde se indicaba que estaban suspendidas todas las actividades de las escuelas y laborales. “En ese momento, no se veía más que una lluvia y hasta me pareció raro que se suspenda todo por eso nada más”, explicó Cecilia, aunque por supuesto, en su caso, cumplió con las recomendaciones y se quedó en su casa, que está en un 2º piso y ubicada en una de las zonas más altas de Algemesí.
“Después del mediodía y con el pasar de las horas, se empezó a sentir más el viento, ráfagas fuertes, quizás a 80 km/h porque movía unas palmeras que hay enfrente”, detalló. Viendo el panorama, que venía cada vez peor, cerró todas las persianas y se quedó encerrada. “Se escuchaban los truenos, rayos y la lluvia”.
Alrededor de las 20, una amiga, que vive a pocos metros de su casa, le mandó un video de cómo estaba el barrio y ahí abrió un poco la ventana para mirar hacia afuera. “El río pasaba por la calle, no lo podía creer, el barrio estaba todo inundado; era el río que estaba en la ciudad y ahí tomé dimensión del desastre que iba a ser”.
A esa altura, ya se mandaban alertas desde el Ayuntamiento explicando y advirtiendo sobre lo que estaba pasando, sobre todo, que el río se había desbordado. “Me sonaba el celular con una alarma, con un sonido distinto a cualquier notificación que uno pudiera recibir, y ahí se pedía que nos quedáramos adentro y no saliéramos por nada”, detalló.
Ese día llovió toda la noche. “Cuando amaneció y abrí la ventana, vi el panorama y me largué a llorar porque no lo podía creer; es la primera inundación que vivo en mi vida y, si bien a mí no me pasó nada, ver todo el desastre alrededor duele mucho, porque el río arrasó con todo lo que tenía a su paso”.
Las casas y garajes que están en planta baja fueron las edificaciones más afectadas por la inundación y el barro. “Los vecinos decían que nadie lo esperaba porque no pasaba desde 1982, cuando hubo una gran inundación también, pero no con esta violencia que hubo ahora”, explicó, agregando que “el problema no fue tanto por lo que llovió en Algemesí sino por todo lo que llovió más arriba y que provocó el desborde de los ríos, entre ellos, el río Magro que arrasó con todo”.
“Todo es un aprendizaje”
El día después bajó de su casa para ayudar a los vecinos a sacar el barro de las casas. “Sacamos litros barro, lo importante es que estoy bien y puedo dar una mano a los que lo necesitan para que puedan recuperar algo de lo que les queda”.
En este sentido, contó que la gente que vive en planta baja perdió muchas cosas materiales, incluso algunas familias perdieron hasta los autos porque no les sirven más, tras quedar tapados por el agua.
También destacó que, en estas situaciones extremas, sale lo peor y lo mejor del ser humano. “Por un lado, se ve la voluntad de la gente para ayudar al otro y, por otro lado, hay personas que se aprovechan de la situación”.
No obstante, dijo que “a partir de estos sucesos, uno se olvida de otras cosas y prioriza el hecho de estar vivo, de poder contarlo y de poder ayudar al otro. Todo es un aprendizaje”.
La situación ahora
“Impacta ver que ya pasaron tres días y uno se da cuenta que no se va a poder solucionar todo de un día para el otro porque va a llevar mucho tiempo limpiar toda la ciudad. Valencia es una provincia enorme con muchos pueblos y muchos están peor que éste”.
Por estos días, contó que se están limpiando las calles, pero hay mucho barro y basura todavía. En estas tareas, trabaja Bomberos, Cruz Roja y personal del Ayuntamiento y hay helicópteros que sobrevuelan la ciudad. “Acá en mi barrio, que es una zona alta, el agua llegó a los 50 cm, pero a tres cuadras nada más, en la zona del Ayuntamiento, llegó a los dos metros”.
Sobre la situación ahora, dijo que “hoy (por ayer) empezamos a tener un poco de agua, pero la comunicación todavía está complicada porque hay muchos sectores, donde todavía no se restableció, lo que genera preocupación en las familias porque no se pueden comunicar”. Además, por ahora, sigue todo cerrado, sin clases y sin actividad comercial.
Desde el Ayuntamiento les están enviando constantemente información sobre las medidas que se están tomando a través de Whatsapp. Lo último que se informó es que se declaró la situación de emergencia.
Cecilia Gotta es periodista y trabajó durante 16 años en Ecos Diarios. Además, impulsó y condujo el programa radial “Espresso Italiano”.
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