Una vida remándola
Historias de Martín Trípano, quien recorrió el mundo junto al kayak
Eduardo Ronco
Para Ecos Diarios
Comprometido con su causa, apasionado y siempre bien predispuesto al diálogo. Esos son algunos rasgos de Martín Adrián Trípano. Quien desde todos los ángulos del kayak, ya sea deportista, dirigente, entrenador o juez internacional logró destacarse y así también recorrer gran parte del país y el mundo.
Esta manera de vivir, Martín que nació el 25 de julio de 1976 la abrazó desde muy chico y sobre sus comienzos en la actividad recordó, tomándose una pausa para pensar que “Yo fui parte de un boom que hubo en los 80, donde mi hermano Javier integró un grupo llamado crackers, que era un grupo de buzos que contaba entre otros con, Marcelo Borda y Carlos Paradiso. Allí, mi hermano organizaba excursiones por el Río Quequén y ahí fue que Javier, conoció el deporte y me fui metiendo. En ese boom grande con botes de fibra de vidrio que luego decayó, porque obviamente la gente a los botes que vos te sentás bien adentró, le tiene más aprensión. Y ya después la segunda ola de desarrollo de la actividad, vino en los años 2000 con los botes abiertos tanto en el segmento deportivo, como así también en la pesca y como había un faltante de instructores, Javier (Trípano. Profesor de Educación Física y kinesiólogo), comenzó a dar cursos desde muy joven a los 16 años de lo que él sabía y en mi caso me inicié como ayudante suyo. Arranqué a remar a los 13 años y a los 14 ya estaba ahí en el Rowing Club, asistiendo, ayudando y luego di un paso al frente en mi vida que me marco mucho, que fue cuando comencé a dar clases a eso de los 14 o 15 años medio de “cara rota”, dice entra risas. Algo que después fui profesionalizando. Fueron años hermosos, en los cuales luego de terminar el secundario, hice el curso de guardavidas y llevé adelante el proyecto de La Botera en el Club del Valle desde 1998, que duró hasta 2008, inclusive. De manera que, empecé de ayudante, fui instructor y terminé compitiendo, siempre con un espíritu amateur en ese caso”. Indicó quien cursó sus estudios en el Colegio Pío XII.
Si bien Martín sostiene que sus mejores resultados, los consiguió como entrenador, como palista, el hijo de Cárlos Alberto. Docente, maestro mayor de obras y ferretero y de Nélida tuvo un pasado en la competición relevante que lo llevaron a ser representante argentino en diversos campeonatos del mundo y sobre el particular señaló que “Mis comienzos fueron en unos encuentros nacionales que se hicieron en San Rafael, Mendoza con unos botes muy viejos. Después de eso en 2002, fui a Brasil para empezar a entrenar con los botes de nueva generación y para aprender las reglas nuevas y si bien ya en 1998, había obtenido terceros PUESTOS en esos encuentros nacionales, en 2002 fui campeón argentino, en 2003 gané la Selectiva Nacional. Posteriormente en 2004 salí campeón Master y logré una medalla sudamericana en el Torneo por equipos desarrollado en Tres Coroas, Brasil. Lo que ocurre que todo esto, fue antes de la creación del ENARD, entonces todo era muy amateur. Algo que luego con la creación del Ente Nacional del Deporte, ayudó a levantar la vara por mérito de los atletas y así tuvimos en los años posteriores, en categorías Junior y Sub-21, dos cuartos puestos a nivel mundial, con Sebastián Rossi. Eso me hizo comprender, que si bien el amateurismo tenía su lado romántico, nosotros somos piezas de un engranaje en una especialidad que tiene que tomar un rumbo profesional”, manifestó Trípano que además tiene el título de educación física y quien también compitió para la Argentina en los Mundiales de Francia 2002, Alemania 2003 y Australia 2005. Además de participar del circuito Copa del Mundo en Seo de Urgel (España).
Pero como dijimos anteriormente, la etapa que más lo enorgullece a Martín está relacionada con la formación de deportistas e iniciador, algo que mayoritariamente ha plasmado en la Escuela Municipal de Kayak y quien además es dirigente de la Federación Argentina de Canoas, y ofició como árbitro de largada en las competencias de Slalom de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, contó que “con la escuela arrancamos en 2005, cuando nos convocó el profesor, Horacio Tellechea, quien nos conocía de la colonia de Del Valle. Eso significó una puerta de entrada a muchos deportistas. Obviamente que hay un gran déficit y hago también un mea culpa. Hace falta más apoyo económico, porque si no es muy difícil llegar al alto rendimiento desde una escuela municipal, pero la base era el multideporte. Nos apoyamos mucho en el programa Patios Abiertos, que teníamos acceso a la gimnasia deportiva y también estábamos en estímulo de natación y allí el objetivo era que el chico y la chica se desarrollen en los ámbitos naturales que tiene a mano. El río, que después pase al mar, porque uno no puede amar lo que no conoce. De ahí también surge nuestro espíritu competitivo y que desde una escuela municipal logremos títulos nacionales, habla muy bien de todos los actores.
Pero siempre con el objetivo de profesionalizarlo porque los chicos empujan y se lo merecen y las familias también”. Culminó Martín Trípano, quien desde muy chico y gracias al espíritu libre que le impulsó su padre a él junto a sus hermanos lleva una vida remándola.