Un político icónico, que siempre volvía a Necochea
Antes de siquiera soñar con convertirse en presidente, Arturo Illia quiso radicarse en nuestra ciudad y abrir un consultorio médico. En 1964 vino como mandatario a inaugurar la termoeléctrica y luego siempre regresaba
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JUAN JOSE FLORES
Redacción
Arturo Humberto Illia es recordado como uno de los políticos más honestos de la historia argentina. Esa honestidad, que chocaba con los intereses de los poderosos, fue en parte el motivo por el que lo derrocaron en 1966.
Si bien la ciudad lo recuerda con un busto ubicado en la intersección de la avenida 74 y la ruta 86 y el radicalismo lo homenajea allí cada 18 de enero, hoy muchos han olvidado el vínculo especial que Illia tenía con Necochea.
Es que en algún momento de su vida, Illia quiso ser necochense. En una de las tantas entrevistas que le concedió a Ecos Diarios, el ex presidente recordó que en su juventud quiso mudarse aquí para ejercer su profesión de médico.
"Mi propósito era instalar un sanatorio en Necochea, a poco de recibir mi título de médico, en el año 1929. Tuve algunos problemas y me trasladé a Lobería. Posteriormente viajé a Buenos Aires y comencé a trabajar como médico de Ferrocarriles. Me instalé luego en Cruz del Eje", recordó.
Como el hijo pródigo
Como presidente, Illia vino a Necochea el 31 de octubre de 1964 a dejar inaugurada oficialmente la Central Eléctrica Provincial de DEBA, oportunidad en la que permaneció por espacio de cuatro horas y media en nuestra ciudad.
A las 10.30 de ese día, aterrizó el avión "Mayo" en el aeródromo local. En la aeronave llegó Illia junto a su esposa Silvia Martorell, el embajador de Italia conde Lanza D'Ajeta y otros miembros de la comitiva.
El jefe de Estado era aguardado por el gobernador provincial Anselmo Marini, el intendente municipal de Necochea Edgardo Hugo Yelpo, el ministro de obras públicas bonaerense Eduardo Rudi y un numeroso público, cuyo entusiasmo fue imposible de contener.
Durante el acto de inauguración de la Central, fuera de programa, el doctor Illia improvisó un discurso durante el que puntualizó que las suyas eran "las expresiones sinceras de un hombre que trata de comprenderlos".
"Les ruego que comprendan también las intenciones de los hombres que gobiernan hoy el país, que no son sino el servir lealmente a su pueblo", manifestaba.
Un político inolvidable
Illia nació en Pergamino, el 4 de agosto de 1900. En 1928, poco después de graduarse de médico, tuvo una entrevista (la única en su vida) con el entonces presidente Hipólito Yrigoyen, a quien le ofreció sus servicios profesionales.
El presidente le propuso trabajar como médico ferroviario en distintas localidades y finalmente Illia se radicó en Cruz del Eje.
En esa localidad se desempeñó como médico hasta 1963. Sólo interrumpió su labor para desempeñarse como vicegobernador de Córdoba entre 1940 y 1943.
Comenzó a ser conocido como el Apóstol de los Pobres por su dedicación a los enfermos sin recursos. Viajaba a caballo, en sulky o a pie para llevar medicamentos que él mismo compraba. Se casó en 1939 con Silvia Elvira Marorell, con quien tuvo tres hijos.
En 1948 asumió como Diputado de la Nación, cargo que desempeñó hasta 1952.
Luego del golpe militar del 29 de marzo de 1962, en el que fue derrocado Arturo Frondizi, asumió el poder José María Guido, quien proscribió el peronismo, disolvió el Congreso y convocó a nuevas elecciones limitadas y controladas por los militares.
En las elecciones del 7 de julio de 1963 Illia resultó electo presidente con muy bajo respaldo electoral (sólo el 25,14% de los votos).
Durante sus casi tres años de gobierno, se anularon los contratos petroleros firmados por Frondizi con compañías extranjera, se impulsó la explotación del petróleo y los recursos estratégicos por parte del Estado, se fomentó la industria nacional, se destinó el 23% del presupuesto nacional a la educación (la mayor cifra en la historia del país), el PBI y el Producto Externo Industrial crecieron (el último a un vertiginoso 19% en 1964), bajó la desocupación, se disminuyó la deuda externa, se llevó adelante un plan de alfabetización y se sancionaron las leyes de Salario Mínimo, Vital y Móvil y la llamada ley de medicamentos.
Illia fue derrocado el 28 de junio de 1966 en medio de la indiferencia de la ciudadanía. “A mi me derrocaron las 20 manzanas que rodean a la casa de gobierno”, dijo tiempo después.
Viajero demócrata
Ferviente defensor de la democracia, Illia dedicó su existencia a resaltar los valores de la mism ay por ello se transformó en infatigable viajero dispuesto a realizar una tarea de docencia cívica, con la autoridad que emanaba de su conducta cristalina, reconocida por amigos y adversarios.
Una de esas visitas fue la realizada a Lobería el 19 de octubre de 1970, oportunidad en la que recibió a Ecos Diarios en las oficinas del escribano Osvaldo Bisciotti, participando luego de un agasajo que se le ofreciera en la sede del Club Jorge Newbery.
Tuvo en la oportunidad palabras de elogio para Lobería y Necochea, agradeció efusivamente la presencia del periodismo, exaltando su acción en todo momento del país.
Ocho años más tarde, el 1º de abril de 1978, llegaba Illia a Necochea. En la oportunidad dijo que había viajado a Miramar "a pasar unos días y cuando me tomo estas pequeñas vacaciones, siempre visito a mis correligionarios de la zona".
Un año después, el 7 de abril de 1980, Illia regresó a nuestra ciudad. Entonces recibió a Ecos Diarios en el domicilio particular del presidente del comité local de la Unión Cívica Radical, Juan Doumecq Millieu.
En ese entonces enfatizó que “la democracia se hace fuerte con el ejercicio de la democracia. Si existe experiencia cívica en un país, con todos los errores que pueda tener la democracia, es lo único valedero”.
“No sé cómo vamos a pretender que la Argentina madure democráticamente, si no existe ejercicio de la democracia. Falta la escuela cívica necesaria para que la gente vaya responsabilizándose en este quehacer”, expresaba.
En otra entrevista de 1980, Illia hacía referencia a la situación económica y al entonces ministro de Economía José Martínez de Hoz.
“Acá no habrá ninguna solución del problema económico argentino mientras no haya estabilidad jurídica”, precisaba. “El ministro podrá decir al país en esos shows que hace por televisión, que ha obtenido logros de importancia. Pero yo recuerdo que el actual ministro fue ministro del señor Guido, que nos entregó el gobierno a nosotros. Y el plan que había puesto en marcha lo debimos virar 180 grados y darle otro rumbo. Y nos fue muy bien”.
El 23 de marzo de 1982 el doctor Arturo Umberto Illia realizó la que sería su última visita a Necochea y ofreció una disertación en la sede del comité partidario local, al que asistió una numerosa concurrencia que colmó la capacidad del mismo. Falleció en Córdoba, el 18 de enero de 1983.
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