Un lugar que crece
Las escolleras norte y sur fueron pensadas para lograr un mayor crecimiento en la exportación de granos que sale desde Puerto Quequén, pero nadie imaginó que cuando se hizo la extensión se convertiría en un atractivo.
Necochea tiene muchísimos lugares naturales, algunos con poca intervención de la mano del hombre, y otros en los cuales la intervención del Estado fue decisiva para que indirectamente se creen nuevos espacios públicos, que se convirtieron en un verdadero atractivo para los turistas y un paseo obligado de los habitantes del Partido de Necochea durante todo el año. Este es el caso de la escollera sur, del lado de Necochea, y además podríamos añadirle la norte, del sector de Quequén.
Durante muchísimo tiempo se pensó de qué manera se podría llegar a sacar la buena y abundante producción de los campos de la región, por Puerto Quequén. La última gran obra de inversión que se recuerde fue, justamente, la extensión de la escollera sur que permitió un beneficio para la entrada y salida de buques, desde la estación marítima local.
Pero ese alargamiento y las obras que se realizaron a través del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, como el asfaltado en una parte de la escollera sur, el mural de Hernán Ricaldoni, los miradores puestos que dan sobre el mar en la margen Necochea y la creación del “Paseo Puerto Gardella”, fueron fundamentales para que además de ser productivo, también, se hayan convertido en recreativo.
Ejemplo de esto último es que las personas se acercan para ver el amanecer, la caída del sol o cuando la luna llena se muestra en su mejor esplendor, y ahora en este último tiempo el avistaje de las ballenas.
No hay dudas que las escolleras se han convertido en un lugar elegido por todos, no solo por jóvenes o aquellos que practican bodyboard o surf, sino por una cantidad innumerable de gente que caminando, en bicicleta o en auto, la han adoptado como un paseo obligado, que sin dudas es un lugar que crece.
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