Un libro que une: Desde Necochea hacia el mundo
La antología incluye textos, imágenes y autores de distintas edades
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
Dos mujeres decidieron poner manos a la obra y construir una propuesta colectiva, diversa y amorosa. Sandra Altolaguirre y Alejandra Fernández dieron forma a una antología internacional que reúne textos y fotografías de autores y autoras de distintos rincones del planeta, unidos por el deseo de compartir el amor por la cultura. Sin presupuestos, sin intereses económicos y con la certeza de que el trabajo en equipo puede dar frutos sorprendentes, la propuesta se transformó en libro y en celebración.
"Soy Sandra Altoaguirre, soy psicóloga y escribo", comenzó diciendo una de las impulsoras del proyecto y continuó: “Tuvimos esta aventura con Alejandra de pensar en una antología en principio de autores locales, después abrimos a autores del país y finalmente dijimos: ¿por qué no del mundo?”.
Y así fue como, gracias a las redes sociales y a una convocatoria internacional que se fue tejiendo con paciencia, llegaron a recibir textos desde lugares tan lejanos como Nigeria. “Hicimos una trama con otros, con otras, una trama amorosa. Cada uno hizo su puntadita particular en este tejido colectivo. Fue hermoso y muy relajado, porque el trabajo en equipo no es para cualquiera, y menos cuando somos tantas personas", expresó Sandra.
Alejandra Fernández, periodista y escritora, explicó que la idea nació de una charla compartida y fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy. "Fue y sigue siendo una experiencia muy gratificante. Ver la felicidad de los participantes, escuchar sus voces poéticas, leer sus textos, ha sido maravilloso. Este libro es una forma de honrarlos a ellos, que fueron tan generosos".
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Poesía, prosa poética y fotografía
La antología incluye poesía, prosa poética y también fotografías. La estética fue cuidadosamente pensada. “Nos imaginamos hasta cómo poner los pétalos de rosa en la presentación. Todo fue hecho con mucho amor. Incluso el diseño de tapa se hizo con gente de Necochea. Se fueron sumando voluntades y el resultado fue bellísimo. Creo que ni lo soñamos tan bonito”, detalló Altoaguirre
Uno de los aspectos más destacados del proceso es que se realizó con presupuesto cero. Cada autor y autora aportó su texto, y luego adquirieron los ejemplares que deseaban. “No hubo dinero de por medio, eso también le da transparencia al proyecto. Volvemos a poner el acento en que, trabajando grupalmente, se pueden lograr cosas lindas”, afirmó Fernández.
Además de escribir, Sandra también pinta, y ambas destacaron que desde el grupo de escritores con el que se relacionan, siempre están generando acciones culturales, muchas veces relacionadas con fechas conmemorativas o eventos especiales. Aunque no siempre se trata de libros, la actividad creativa continúa. “Nos mantenemos en movimiento. La escritura, la pintura, vamos mezclando diferentes disciplinas artisticas”, señalarin las autoras.
El libro, entonces, no solo es una antología literaria: es una apuesta por el trabajo colaborativo, por la construcción de vínculos desde la generosidad, por una idea de cultura que se vive como acto de paz. Sandra, diplomada por la paz, remarcó esta conexión: “Hoy hablábamos con Ale y con Carlos Brunini, un escritor que vino desde Mar del Plata, de cuánto tiene que ver esto con la construcción de paz. El encuentro genuino con el otro, de corazón a corazón, es eso: paz”.
El proyecto tuvo tanto impacto que ya hay quienes piden formar parte de una segunda edición. “Algunos autores locales se sumaron después de octubre, cuando cerró la convocatoria, y otros nos preguntan cuándo se hará la próxima. Por ahora no lo hablamos, pero ojalá haya una segunda antología donde puedan sumarse otras voces”, adelantó Alejandra Fernández.
Por ahora, el libro ya circula, se comparte, se celebra. Y eso no es poco. Porque en tiempos de desánimo, de urgencias y de números, dos mujeres decidieron tejer con palabras un espacio de encuentro. Y desde Necochea, esa red se proyectó al mundo.
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