Un espejo en el que mirarse
En el deporte, como en otras profesiones, la vida suele premiar el esfuerzo de años detrás de una pasión, lo que termina significando un buen ejemplo para quienes recién empiezan en una actividad.
Como muestra de la antes mencionado se puede proponer el de la hoy veterana jugadora de hockey Patricia Caravone, que a sus 58 años y luego de una larga trayectoria iniciada en su niñez, pudo darse el gusto de vestir la camiseta de la Argentina en un Mundial, en este caso el Máster disputado recientemente en Nueva Zelanda, donde también participaron las necochenses María Delia Cejas, en la división de la anterior (más 55 años) y María Soledad García Duffy (en más 45 años).
Si bien queda claro que la recompensa deportiva es de las tres protagonistas, nos vamos a centrar en el caso de Caravone, quien a sus 10 años y a través de una amiga descubrió el hockey en su Tandil natal y que continuó cuando a los pocos años su familia se radicó en Necochea.
Por años Patricia representó los colores de Náutico Necochea, donde se destacó por su potencial técnico y personalidad ganadora y de equipo que le valió ser capitana de muchas de las escuadras que integró.
Mientras su carrera deportiva iba sorteando divisiones, en más de una oportunidad Caravone fue convocada a selecciones marplatenses, liga en la que militan los equipos necochenses.
A pesar de ser convocada en varias ocasiones para selecciones que iban a mundiales la deportista nunca pudo participar, debido a que por tratarse de un deporte amateur, tenía que conseguir los fondos económicos para estar presente.
Para el reciente mundial y que sin dudas era su última oportunidad, alentada por amigas y compañeras de juego Caravone impulsó una campaña de colaboración y tuvo una amplia respuesta, pudiendo conseguir los fondos para ser parte del gran torneo.
A sus 58 años y compartiendo su pasión con la profesión de instrumentadora quirúrgica, Patricia Caravone logró el premio a décadas de esfuerzo dentro y fuera de una cancha de hockey.
La medalla de plata en Nueva Zelanda completó su satisfacción, que bien resumió en una frase brindada en una reciente nota de Ecos Diarios: “Me siento feliz por este logro; todo el esfuerzo valió la pena…”
Un premio personal que corona su carrera y que significa una especie de espejo para los deportistas que están empezando.///
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