Un apasionado que le puso ritmo a su vida
Carlos Antonio Burached cumple 60 años con la música. Comenzó a los 17 tocando el bongó en grupos tropicales. Con el tiempo incursionó como percusionistas en los más diversos géneros
Por Juan José Flores
Redacción
“En 2020 cumplo 60 años con la música”, dijo con su habitual entusiasmo Carlos Antonio Burached. El Turco tiene 77 años y comenzó su trayectoria de percusionista a los 17 años tocando el bongó.
Una trayectoria que lo llevó a integrar grupos de música tropical en sus inicios y que luego derivó en experiencias de percusión en los más diversos géneros: desde cumbia hasta jazz, pasando por el rock and roll y el folclore.
“Me encanta la música, escucho de todo”, dijo Burached, que hace 16 años integra la Banda Municipal, agrupación en la que ya había tocado 12 años, entre 1981 y 1993.
A pesar de su carácter extrovertido, la sobriedad es lo que le ha permitido al Turco ser convocado para tocar en las más diversas agrupaciones. “El baterista puede tocar un sólo, pero no es el líder, es el acompañante”, explicó.
Y no cualquier acompañante. “Meto toda la carne al asador. Hay que meterse en lo que se toca. Ahí está el secreto”, dijo Burached, dando una pista sobre lo que le ha permitido lograr la versatilidad para acompañar a músicos de todas las edades, géneros y estilos.
Y todo lo ha aprendido tocando. “No estudié. Ese fue un error muy grande”, dijo Burached, que por tocar de oído cree no contar con las herramientas para poder enseñar.
“Una cosa es tocar y otra es enseñar”, afirmó.
De gira
Burached nació en Necochea el 2 de abril de 1943 pero de chico se fue a vivir con su familia a Villa Bosch. Su infancia y adolescencia transcurrieron en canchas de fútbol. Jugó en la séptima de Almagro, pero debió dejar para estudiar.
En la escuela nocturna, a los 17 años, se reencontró con un amigo después de años con un amigo del fútbol que tocaba la guitarra y cantaba y allí formaron un grupo.
Con un bongó que le había comprado su padre, primero, y luego con tumbadora y timbareta, Burached comenzó tocó en un grupo que se llamó Los Cinco Tropicales y luego en otro denominado Los Cumaná. Con esos grupos hizo giras por Mendoza, San Luis y Córdoba.
Luego tocó en Sunset, una conocida confitería de Olivos y luego fue convocado para integrar la orquesta del Teatro Nacional, donde fue parte de la orquesta que acompañaba a una revista que tenía como figuras a las hermanas Mimí y Norma Pons, a Ethel Rojo y Alfredo Barbieri.
En aquellos años compartió escenario con Raúl Lavié, Elio Roca y Johnny Tedesco, entre otros.
Pero unas vacaciones en Necochea 1972, donde conoció a Alicia, su mujer, lo decidió a dejar todo y volver a su ciudad natal.
Al poco tiempo ya tocaba en el grupo Los Planetas, que integraban Raúl Ramírez, Mario Ledesma, Baby González, Eduardo Roig y luego Roberto Nebot. En esa banda estuvo 9 años, hasta 1981.
Pero su espíritu inquieto y su versatilidad lo llevó a ser convocado por músicos de todos los estilos. Integró los Cuatro del Trópico, Fantasía, Los Reyes de la Cumbia, el grupo Noi, Raíces y Tenor 4.
Con Armando Di Caro y Juan Carlos Gesualdi fue músico contratado de algunos bares y locales nocturnos de la zona portuaria. También tocó con el Coro Alta Mira, con el Coral Quimey y varios años con la Jazz Brass Ensamble.
Incursionó en el rock progresivo con In Extremis, grupo con el que hizo un show en Auditorium del Casino.
También acompañó a los hermanos Ibarguren y no se le escapó al tango, en el que incursionó junto a Alberto De Pietro y más recientemente con Marita Ventuala. Aunque ha sido con el guitarrista Oscar Muttio, ahora compañero en la Banda Municipal, con quien más ha compartido escenarios.
Mientras tanto, Burached no ha dejado nunca de trabajar como pintor y empapelador. “Me gusta mucho ese trabajo y no me gusta estar en casa sin hacer nada”, aseguró el Turco, que está jubilado hace varios años.
“Mi nieto está tocando la batería. Tiene 10 años y está estudiando”, dijo entusiasmado Burached. Sus dos hijos: Augusto y Valeria, le han dado cinco nietos. Además de su extensa trayectoria como percusionista, su familia es su más grande motivo de orgullo.///