Un apasionado de la guitarra, entre enseñar y tocar
Oscar Alberto Muttio tuvo una extensa carrera como docente en la Escuela Municipal de Música. En la adolescencia integró el emblemático trío Cherry y en la actualidad es miembro de la Banda Municipal
Por Juan José Flores
Redacción
“Fue medio de casualidad”, afirmó Oscar Muttio. Su nombre es sinónimo de música, de guitarra, de docencia. Lleva el mismo nombre que su padre y como él se ha convertido en uno de los profesores de guitarra más reconocidos de la ciudad.
Sin embargo, Muttio hijo explicó que su intención no era dedicarse a la música y su padre incluso quería que él estudiara y tuviera otra profesión.
Al terminar el secundario se fue a estudiar Arquitectura, por eso dice que lo de la música se dio en parte por casualidad, aunque ya antes de aspirar a un título universitario tenía una sólida formación cómo músico.
“Mi papá me mandó a estudiar guitarra a los 5 años”, explicó Oscar Alberto. A los 15 se recibió de profesor en el Instituto Beethoven y cuando se fue a Mar del Plata comenzó a enseñar para poder afrontar los gastos de sus estudios universitarios.
Un año clave
“Mi papá en realidad nunca me presionó para que yo me dedicara a la música”, explicó. “Lo hizo porque a él le gustaba y quería que yo también aprendiera pero lo que quería en realidad, al igual que mi madre, era que siguiera una carrera universitaria”
Sin embargo, sólo estuvo dos años en Mar del Plata y decidió regresar a Necochea.
Y fue entonces cuando se produjeron dos hechos que definieron su vida profesional y musical: ingresó en la Escuela Municipal de Música y poco después en la Banda Municipal.
Era el año 1981 y el municipio estaba reorganizando la escuela de música. “Justo se necesitaba un profesor de guitarra, me conocían y pude ingresar”, dijo Oscar.
Y a finales de ese mismo año, se incorporó como bajista en la Banda Municipal. “En el caso de la escuela trabajé durante 26 años hasta que me jubilé”, explicó.
“Con la banda estuve toda la primera etapa, durante la gestión del intendente Alberto Percario, y en la segunda, durante el gobierno del doctor Daniel Molina y la dirección del maestro Roberto Dabadíe”.
Satisfacción de enseñar
“A mí me encantó el trabajo en la Escuela Municipal de Música. Porque nosotros trabajamos con chicos. Era reconfortante”, señaló Oscar.
“La escuela no tenía un perfil académico, como un conservatorio, era más para iniciar a los chicos en la guitarra, piano, batería, etc. Era muy satisfactorio. Enseñé durante todos esos años con mucho gusto”, explicó Muttio.
Explicó que la docencia fue una experiencia “muy interesante, porque también me permitió ir a dar clases a otros lugares como a San Cayetano, a Mechongué, a Miramar, a La Dulce o Mar del Plata”. También enseñó en forma particular.
Tocar por tocar
“Yo tuve un grupo emblemático con dos grandes amigos: Adolfo Matar y Sergio Crotti”, recordó Muttio. El trío se llamó Cherry y muchos todavía lo recuerdan.
“Después integré en forma esporádica alguna otra bandita. Pero en esa época mi objetivo principal no era la música, quería estudiar y la música era un pasatiempo”.
Aunque ya más grande, con el Turco Burached y Landy formaron un grupo que se dedicaba a tocar en fiestas y reuniones sociales con el objetivo de conseguir algunos ingresos extras.
También con Burached integró bandas de algún local nocturno.
Incluso Muttio integró con Burached la Jazz Brass Ensamble en los inicios de esa agrupación.
“Siempre fui un tipo todo terreno, bastante versátil”, explicó Muttio. Y eso le sirvió cuando lo convocaron de la Banda Municipal, que precisamente se caracteriza por contar con un repertorio amplio, de distintos géneros musicales.
“Lo único que me faltaba era el tango. Algo increíble porque mi papá se dedicó toda la vida a eso”, precisó Oscar. Incluso con su padre nunca había tocado en un escenario.
“Tuvimos la suerte de preparar algo para ir a Homero Manzi, en Buenos Aires, con un cantante muy bueno de la época de mi papá: Carlos Scabone. Ese fue mi primer contacto con el tango y toqué con mi viejo”, dijo Oscar.
Sin embargo, si bien la guitarra lo apasionó toda la vida, el ambiente en el que debe desenvolverse un músico nunca le atrajo. “Soy una persona casera. Si bien toqué como un trabajo, el tema nocturno no me atrajo nunca. Me costaba muchísimo trabajar en la noche”, precisó.
Por eso se fue desligando de ese ambiente. “Lo último que me quedó fue la Jazz, con la que hacíamos los veranos en un hotel de la Villa, y también la dejé”, explicó Oscar.
“Ahora solo estoy con la Banda Municipal”, afirmó Muttio, que tiene 68 años. Y aseguró que se siente “plenamente satisfecho” por lo que ha hecho tanto como músico como docente.///