Siempre activa
Así es la vida de Eugenia Ganga luego de su retiro del tenis
Eduardo Ronco
Para Ecos Diarios
Con la misma timidez que cuando la conocí, pero más suelta y con la misma actitud de sus tiempos de tenista profesional para vivir todo intensamente. Así es Eugenia Ganga, quien hoy alejada de la competición vive una vida con menos presiones, pero no por eso menos activa y carente de proyectos. Muy por el contrario, la hija de José arquitecto y Liliana, profesora y hoy por hoy jubilada, se mantiene enfocada en el deporte y en el estudio.
Consultada por cómo viene transcurriendo estos casi dos años desde que “colgó las raquetas”, tal como se dice en el argot tenístico, señaló que “Después del tenis comencé a correr dice entre risas. Fue un cambio grande, pero con la pandemia que también significó un cambio grande para todos por el parate, me ayudó para pensar. Igual ya venía medio con la decisión de parar y todo se fue dando progresivamente. Dejar de jugar y empecé a estudiar de a poco. De todos modos como seguí conectada con el tenis, dando clases cuatro o cinco veces por semana es como que no asumí aún la responsabilidad ciento por ciento del estudio, pero la verdad que la llevé bastante bien todo este tiempo en Necochea y de a poco me voy a ir acostumbrando al ritmo de la facultad”, dijo Eugenia, que nació el 11 de agosto de 1998 y este año se radicará en Buenos Aires, para continuar los estudios de farmacia, que por cuestiones de la pandemia arrancó en forma virtual.
La decisión del retiro
Más allá de la pandemia, que paralizó a todas las actividades y el tenis no fue la excepción, Eugenia quien comenzó a jugar al tenis en el Club Atlético Del Valle, de la mano de los profesores, Silvina Martínez y Marcelo Callegari a la edad de seis años, expresó que ya venía madurando la decisión de dejar de jugar profesionalmente, aunque en ese año 2020, había comenzado haciendo una buena gira por México y venía de un 2019 excepcional. A la hora de recordar ese período contó que “Arranqué jugando en México y no lo hice mal. Ese año fue la primera pretemporada que hice fuera de mi ciudad, con Diego Del Río en el Club Libanés de Buenos Aires. Además en el 2019 había tenido mi mejor año. Pero yo ya lo venía pensando, en los ratos libres sobre todo en los torneos cuando estaba fuera en los certámenes fuera del país, y no competía, que son los momentos más duros, porque se hacen largos. Allí van y vienen los pensamientos y yo estaba con que seguía, que no y cuando llegué de México que coincidió con el cierre de todo por la pandemia, ahí decidí que dejaba. Pero insisto que era algo que ya venía madurando”, manifestó quien cursó sus estudios primarios en la Escuela 3 República de Nicaragua y luego desdobló sus estudios secundarios entre el Colegio Nacional y la educación a distancia, cuando ya a partir de 2014 la exigencia de los calendarios y los viajes le impedían poder estudiar como cualquier chica de su edad en forma presencial”.
El despegue
Claro que en cualquier charla con Eugenia es imposible eludir su derrotero tenístico, que como para todo deportista además, hay un momento bisagra en su carrera. Ganga no es la excepción, y no duda en indicar al torneo de Córdoba correspondiente a la gira COSAT (Confederación Sudamericana de Tenis) de 2012 en categoría menores (hoy U-14), como el momento de despegue “Me acuerdo perfectamente de ese torneo en el Jockey Club de Córdoba porque a mí no me conocía nadie, debido a que allí se dio algo que sucedió frecuentemente en mi carrera, ya que siempre comencé a conseguir resultados bastante tiempo después que las chicas de mi edad. Era un cero a la izquierda, que sólo había ganado torneos Nacionales de Grado 2 y Grado 3 en la región. Pero en ese torneo en el que vinieron como es habitual jugadoras de Brasil, Chile, Paraguay, sentí algo muy especial desde su inicio. Pasé la primera y segunda ronda, que para el nivel en que estaba acostumbrada a jugar eran partidos muy duros y en cuartos de final tuve que esperar hasta la 1:30 de la madrugada de ese día, porque había llovido toda la jornada.
Finalmente gané también ahí a Fernanda Labraña (jugadora chilena que está jugando en la Universidad de EEUU), terminando el partido a las 3 de la mañana sin nadie en el club. Y luego al otro día perdí en semifinales contra Melany Krywoj, con quien luego compartimos un montón de torneos juntas. A partir de ahí, Daniel Orsanic (luego capitán del equipo campeón de Copa Davis en 2016), por ese entonces encargado del programa de desarrollo de la Asociación Argentina de Tenis, se fijó en mí y eso ayudó para que la AAT me hiciera un seguimiento mayor”, relató la hermana menor de Emilia, quien en 2015 sacó su primer punto para el ranking mundial de tenis femenino en el ITF de Santa Fe, donde llegó a cuartos de final y en ese mismo año jugó el célebre torneo para tenistas juniors, tal el caso del Orange Bowl, que ganaron entre otros argentinos Gabriela Sabatini, Guillermo Vilas y Guillermo Coria y también el International Eddie Herr en la Academia de Nick Bollettieri, de la cual surgieron grandes campeones de la talla de Andre Agassi, Jim Courrier, Michael Chang y Mónica Seles, entre otros.
2019…el mejor año
Así como existe un despegue, también en la vida de un deportista, hay un año que es imposible de olvidar y ese período cenital en la carrera para Eugenia fue la temporada 2019, donde alcanzó el puesto 699 en la jerarquía de la WTA, producto de una gira sobresaliente por la ciudad tunecina de Tabarka, en la cual jugó seis torneos ITF W15, y fue protagonista en cuatro. Acerca de este tema puntual, la tenista local que fue guiada en sus últimos tiempos de Junior y en el campo profesional por Pablo Fuente, Martín Taboada y Matías Leal en la Academia Chez Gueugnon, recordó que “fue un mes y medio muy intenso. En tiempo normal parece poco, pero en la competición es mucho. Primero arranqué llegando a semifinales en un torneo que se suspendió a causa de la lluvia en esa instancia. Así que terminé invicta (dice entre risas). La siguiente semana otra vez llegó a semifinales. Ahí sentí que estaba jugando un gran tenis, porque todos los partidos mejoraba. Fui agarrando confianza y luego llegué a dos finales consecutivas. Fue algo muy lindo y nuevo para mí porque además venían a mirarme como diciendo de donde salió ésta loca, que llega a semifinales y finales siempre”, concluyó Eugenia Ganga, quien se hizo un hueco para charlar con nosotros antes de retornar al gimnasio e ir a correr con un grupo de notables deportistas de nuestra ciudad que integran el pelotari Joseba Bilbao y el ex nadador olímpico, Eduardo Otero y como si esto fuese poco para mantener una vida siempre activa, comenzó a tomar clases de surf.