Promoción 1975: emoción y reencuentro en el Nacional
Los egresados vivieron una emotiva tarde en la Institución
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
A 50 años de egresar del Colegio Nacional José Manuel Estrada, los exalumnos de la promoción 1975 vivieron ayer por la tarde una jornada inolvidable. El reencuentro, que reunió a quienes cursaron juntos la secundaria, incluyó no solo emociones y recuerdos compartidos, sino también gestos de gratitud hacia la institución que los formó.
El acto comenzó con la emotiva ceremonia de izamiento de la bandera nacional, al ritmo de Aurora, símbolo de la patria y del inicio de la jornada. Luego, se descubrió una placa conmemorativa en una de las paredes de la institución, un gesto simbólico que quedará grabado en el edificio como testimonio del paso de esta promoción.
Tras los actos protocolares, los exalumnos recorrieron las instalaciones, se sacaron fotos en el aula magna y evocaron los años compartidos con anécdotas y risas. También estuvieron acompañados por una de sus docentes, la profesora y exdirectora Nélida Basail, quien trabajó 44 años en la institución.
Una tarde a pura emoción
“Estoy feliz, feliz, feliz. Verlos así, hechos hombres y mujeres, me llena de emoción. Algunos los veo seguido, pero otros… ¡no los reconocía! Me alegra muchísimo sentir hoy el mismo cariño que les tenía en aquel entonces”, dijo la docente con lágrimas en los ojos.
La exalumna Maqui Limbatto recordó con cariño a la docente: “Era muy jovencita cuando nos dio clases, creo que recién recibida. Incluso nos acompañó en el viaje de egresados a Carlos Paz, y la pasamos bárbaro. Nos cuidó, pero nos dio mucha libertad. Éramos buenos chicos, muy buenos estudiantes”.
Por su parte, María Lidia Fuentes Benítez recordó que se sumó al “Nacional” en el segundo bimestre de tercer año, luego de su paso por el colegio Hermanas y que desde el primer momento se sintió muy bien recibida. “No solo me adapté, sino que me enamoré. Me encantó ser alumna y ahora exalumna de este colegio donde tuve compañeros maravillosos, ojalá se pudiera volver”.
/https://ecosdiarioscdn.eleco.com.ar/media/2025/07/poema_leyo_oscar_capalbo_uno_de_los_alumnos_de_la_promocion_1975.jpeg)
Para Diana Rasmussen, el lugar está plagado de recuerdos inolvidables: “Acá hice desde la primaria hasta la secundaria. Estuve en el grupito de los inauguradores de la educación primaria de la Institución. Así que, se podrán imaginar cómo conozco este colegio”.
Benítez, además, sumó otro recuerdo: “fue una época muy cultural. Había mucha música y mucho cine. Y esto en un marco muy especial porque un año después comenzó la dictadura”
Cabe recordar, que ese año fue la primera promoción que la secundaria contó con orientación docente. Camino que eligió Limbatto para desarrollar su profesión.
Durante el encuentro, se leyó un poema escrito por el exalumno Oscar Capalbo, que emocionó a todos los presentes. El texto, cargado de nostalgia y sensibilidad, recorrió pasajes de la adolescencia y de los años escolares con imágenes poéticas de patios, pasillos, clases de historia y tardes de juegos, con versos como:
“Que de los años que fueron no quedan más que breves lamentos... / Sin embargo, la memoria reclama con ansia y tesón volver a esos días, / limpios como el mar y claros como el cielo, / cuando la risa sobraba y el festejo hacía saltar de la cama…”.
/https://ecosdiarioscdn.eleco.com.ar/media/2025/07/la_reconocida_profesora_y_directora_nelida_basail_firma_el_acta.jpeg)
Futuro con más encuentros
La jornada fue también un gesto de agradecimiento. Los integrantes de la comisión de la promoción donaron elementos para la cooperadora del colegio, contribuyendo así al mantenimiento de un espacio que reconocen como “patrimonio de la ciudad”. “Es un edificio enorme, con historia, y es un trabajo admirable el que hacen para conservarlo. Todos los que podemos deberíamos colaborar”, expresó Maqui.
El acto culminó a las 17.30 con un café compartido en el centro de la ciudad, donde las charlas continuaron entre anécdotas, fotos y planes para el futuro. Ya programaron una gran fiesta para enero, en el Necopesca Club en la que se espera la llegada de compañeros desde distintas ciudades e incluso del exterior.
Para muchos, la tarde fue más que un reencuentro: fue la confirmación de una pertenencia viva, de esas que no se apagan con el paso del tiempo. “Lo que vivimos en esta escuela no se olvida. Los chicos de hoy quizás no lo sienten igual, pero nosotros sí. Esta fue nuestra casa”, resumió la ex docente Basail.
Y como decía el poema de Capalbo, en una de sus líneas finales:
“Hoy aguardamos la llegada de unas bodas llamadas de oro, algunos partieron… igual pasamos lista, ningún ausente…Prometan los que están gritar al momento: 1975, presente”.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión