Miércoles 26 de julio de 1995
Dispondrían que nadie gane más de $1300
Es el sueldo del intendente y sería el tope para todas las remuneraciones. Enfermeras del Hospital Ferreyra llegaban a un acuerdo para trabajar turnos rotativos y sábados y domingos sin cobrar extras.
Los funcionarios consideraban la necesidad de crear una cuenta afectada para el pago de los salarios, y a la vez, desafectar total o parcialmente las ya afectadas, con el objeto de "oxigenar" la caja del municipio. Se sabía que esto último creaba algunas resistencias en el Concejo Deliberante, donde las opiniones estaban divididas incluso dentro de los bloques.
De todos modos, el Ejecutivo avanzaba sobre esas medidas, porque "estábamos convencidos que había que fijar prioridades y una de esas prioridades eran los sueldos del personal".
Había ediles que hacían llegar al DE una solicitud del plan de gastos y compromisos que habría de aquí a fin de año, para ejercer un control muy severo sobre las erogaciones, de modo que no hubiera fondos que no fueran destinados a cuestiones de urgencia o consideradas de primera prioridad.
Un trascendido aseguraba que en el curso de la reunión que llevaban a cabo colaboradores de Aloisi, había coincidencia para que en el municipio no hubiera sueldos superiores a 1300 pesos, salario que percibía el intendente municipal. "En la Municipalidad no podía haber remuneraciones mayores que la del intendente; nadie podía ganar más que el intendente. Lo contrario sería un disparate", aseveraba un funcionario.
Por otra parte, un vocero del Hospital Municipal "Dr. Emilio Ferreyra" afirmaba a "Ecos Diarios" que un total de 53 enfermeras alcanzaban un acuerdo -y efectuarían una propuesta formal al intendente- para trabajar turnos rotativos y sábados y domingos sin cobrar horas extras. Esta novedad, confirmada por la tarde en el citado nosocomio, abría una interesante perspectiva y hacía suponer que había empleados municipales que, además de reclamar legítimamente el cobro de sus salarios, se avenían a efectuar propuestas que, a la vez, significaban una mejora para la comuna y una puerta abierta para la solución de sus propios problemas.
Este tipo de participación de los agentes municipales era, sin dudas, una cuota de oxígeno para la crisis que vivía la Municipalidad, y una muestra de madurez laboral.
Trascendía asimismo que personal del Hospital Irurzun había sido invitado a adherirse a dicha decisión, lo cual se estaba considerando.
Tal como Ecos Diarios lo adelantaba en la edición del sábado, también se analizaba en la comuna la eliminación total de las horas extras y de los viáticos a funcionarios y al personal.
Se consideraba también ordenar la disponibilidad del personal, cosa que abría el camino para una eventual suspensión de trabajadores, en caso de considerarse necesario. Esta medida era resistida hasta ese momento por las autoridades del Sindicato de Trabajadores Municipales, que mantenían una postura rígida en tal sentido.
Los colaboradores de Aloisi continuaban trabajando en la elaboración de informes que luego serían girados a la consideración de los miembros del Concejo Deliberante, mientras seguían analizando nuevas medidas para enfrentar la crisis.
Recolección de residuos
Antes del próximo fin de semana podría interrumpirse el servicio de recolección de residuos. La empresa que lo prestaba -Farfallini S.A.- se veía desbordada por los reclamos de empleados y proveedores, a los que no podía hacer frente, dado el notorio déficit económico que padecía y que adjudicaba a la deuda de alrededor de $1.500.000 que con ella mantenía la Municipalidad local.
Intimada por el Sindicato de Choferes (que agremiaba a sus empleados) e imposibilitada de contar con insumos (cuentas corrientes), la empresa Farfallini se hallaba prácticamente impedida de continuar prestando servicios si no recibía fondos, dado que sus proveedores le habían cortado las respectivas cuentas.
La dramática situación era revelada por José De Luciano, uno de los tres socios de la firma, junto a Andrés Farfallini y Oscar Justel, quien manifestaba que la empresa, hasta ese momento, "hacía todo lo humanamente posible para no interrumpir el servicio", consciente de que "no había mala voluntad de la Municipalidad de Necochea, pero ésta no brindaba respuestas" a los reclamos de pago.
La deuda del municipio, que según De Luciano era de alrededor de $1.500.000, era producto de atrasos en los pagos durante los últimos cuatro años, así como de la falta de cumplimiento de un convenio por dinero debido en los años 1990 y 1991.
Estación de trenes
El edificio de la estación del ferrocarril de Quequén era declarado como de referencia histórica, al haberse aprobado una ordenanza por el Concejo Deliberante local.
El cuerpo legislativo coincidía en la necesidad de solicitar a Ferrocarriles Argentinos la preservación de la actual estructura edilicia y la colocación de un cartel con una breve reseña histórica.
Además, la Secretaría de Turismo y la Subsecretaría de Cultura y Deportes debían promocionar el inmueble como referencia histórica del distrito.
Asimismo, se requería a ambas cámaras legislativas de la Nación para que el edificio fuera declarado patrimonio histórico de Necochea. La iniciativa, del bloque de la Agrupación Comunal Transformadora, merecía la aprobación unánime, lo cual sucedía en la última sesión ordinaria realizada por el cuerpo colegiado.
Se recordaba por el cuerpo en la ocasión que el 1º de agosto de 1892 se inauguraba oficialmente la Estación de Trenes de Quequén y ese día llegaba el primer tren del Ferrocarril Sud.
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