“Mi carrera en el banco me permitió tener un trato cordial con el cliente”
Aseguró Ana María La Torre, quien se desempeñó durante 36 años en el Banco Nación. “Ha sido una experiencia enriquecedora, siempre me sentí a gusto”, reconoció la jubilada.
Mario Maruca
Redacción
“Nunca pensé que sería empleada bancaria y cuando tenía entre 22 y 23 años, ingresé a trabajar al Ministerio de Asuntos Agrarios, en La Plata, pero quería venirme a vivir a Necochea y renuncié a los siete meses al Estado Provincial”, comenzó diciendo Ana María La Torre.
Recordó como parte de su historia personal que “mi padre era íntimo amigo de un funcionario y gerente del Banco Nación y esta persona me convocó por teléfono a una reunión en Buenos Aires. Viajé y luego de una entrevista, me tomaron un examen y lo rendí bien para acceder a la entidad”.
Reconoció al respecto que “había terminado los estudios secundarios y realicé también terciarios, pero no tenía en mente trabajar en el Banco Nación, donde luego estuve 36 años, entre las sucursales Dardo Rocha de La Plata y de Necochea”.
La Torre manifestó durante la charla con Ecos Diarios que “ha sido una experiencia muy positiva para mí, siempre me sentí a gusto, aunque no hice una carrera de bancaria porque me dediqué a la crianza de mis hijos, estuve ocho años casada y luego que me divorcié, debí hacerme cargo de mis hijos y de otros compromisos”.
La relación con los clientes
“Mi relación con los clientes ha sido muy buena, hasta en la actualidad lo es, ya que tengo contacto con varios de ellos y me reconocen, hasta alguno me dice ‘cómo te extrañamos…’”, aseguró Ana María entre risas.
“Siempre consideré que para estar al frente de un cargo en un lugar, hay que saber lo suficiente para ello y hoy por hoy, hay mucha gente que no está preparada para el lugar que ocupa”, enfatizó la jubilada.
Recordó también que “estuve en todos los sectores del Banco Nación, especialmente, en las áreas de atención al público y me desempeñé en la Gerencia Zonal de Necochea que estaba a cargo de 11 sucursales como Orense, Gonzáles Chaves, La Dulce, Indio Rico, Juan N. Fernández, Oriente, Tres Arroyos, entre otras”.
Agregó que en ese tiempo “trabajaba con todos los gerentes zonales y luego de algunos años la entidad bancaria se fue achicando y continué con mis funciones en la sucursal local”.
La “camiseta puesta”
Sobre su trato con el público añadió que “tenía paciencia para la atención de los clientes, especialmente, con las personas mayores, ya que no es fácil para algunos afrontar los avances de la tecnología que han superado todo”.
Le tocó transitar una problemática mundial en el 2020 que provocó zozobra e incertidumbre entre la comunidad.
“Durante la pandemia de Covid-19 trabajé todos los días, con el barbijo y las medidas de prevención, atendía a los ciudadanos en el cajero automático de manera permanente y a algunos clientes los hacíamos pasar al interior de la entidad, era todo muy complicado porque no se sabía lo que podría pasar”, afirmó.
Ana María con emoción en sus ojos contó que en esta nueva etapa de vida con el beneficio de la jubilación “sigo teniendo la camiseta puesta del Banco Nación, es como mi casa, y me enorgullece cuando observo una sucursal”.
Puntualizó al respecto que “cuando miro para atrás, pienso que estuve más de tres décadas en la institución y enfrenté todos los cambios de sistemas que se han generado, pero me fui adaptando a cada momento y brindé lo mejor de mí trabajo”.
Estar junto a su padre
Ana María La Torre, después de años de labor bancaria en la capital provincial, decidió retornar a Necochea para estar junto a su padre y asistirlo, ya que padecía de una cruel enfermedad y necesitaba que su hija estuviera a su lado.
Su vida también fue bastante vertiginosa y con cambios permanentes, la separación del padre de sus hijos, siendo éstos muy pequeños, derivó en que tuviera que hacerse cargo de las cuestiones de la casa, del trabajo en el Banco Nación y de la crianza de sus descendientes.
“Hice todo lo que puede y con las mejores intenciones, de eso, no tengo dudas y soy una agradecida a todo lo que medio el banco”, concluyó.
Perfil
Disfruta de viajar y de las manualidades
Ana María reconoció en la conversación con Ecos Diarios que uno de sus placeres es “viajar, me encanta y trato de hacerlo cuando puedo. Mi plan era recorrer lugares luego de jubilarme, pero surgió lo del incendio en mi casa y debí afrontar esa situación”.
Recordó además que “me gustan las manualidades, aunque pensaba que no podía hacer macramé, pinturas, almohadones, tapices, entre otras, la verdad, me descubrí de grande”.
Y apuntó que “los postres los hago en dos minutos y me salen muy bien, antes, cuando eran los cumpleaños de mis hijos, compraba todo y ahora me encontré con que los elaboro ricos”, sostuvo con sonrisas.
En los últimos días, la vida le dio un regalo muy particular, nada más ni nada menos, que de ser abuela, y consideró que “es algo especial, aunque se trata de una preocupación más que asumo, ya que soy de ocuparme de las cosas en demasía”.
Añadió al respecto que “traté de no estar ansiosa hasta que nació mi nieto, algunas personas, inclusive, hasta me decían que iba a querer más a mi nieto que a mis hijos y no sé si es tan así, creo que hay que quererlos de la misma manera, veremos, con el transcurso del camino”.
La Torre finalizó la charla reafirmando ese agradecimiento a la entidad bancaria que le permitió trabajar, desarrollarse como ser humano y mantener firme los objetivos de sostener a su familia.///
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