“Me entusiamé con la pintura y seguí durante siete años”
Josefa de Osinalde. Decora delicadas piezas de cerámica y pinta al óleo
Descubrió su habilidad para la pintura hace unos años y este último tiempo Josefa Gioitta de Osinalde ha podido desarrollar su creatividad en delicadas piezas de cerámica y porcelana.
Luego de una vida de mucho trabajo, en la que para hacerle frente a los avatares de la vida, un buen día se puso al frente de la cocina de un hotel, haciendo los mismos platos que preparaba para su familia pero para casi un centenar de personas.
Tiene una habilidad especial para el arte, hace unos diez años atrás comenzó a tomar clases con la profesora Susana Mainini y contó que “mi amiga Estela Maris Giustiniani me llevó engañada, me dijo que fuera a ver. La profesora me dio una tela, pinceles y pintura, me entusiasmé y seguí durante siete años”.
Arrancó de cero porque nunca había pintado pero se apasionó por la pintura al óleo y en su casa tiene varias de sus obras.
Respecto a su paso por el taller afirmó que “aprendí varias técnicas, pastapiedra, decoupage pero me elegí la técnica de óleo porque fue la primera que empecé a manejar”.
Actualmente, toma clases de pintura decorativa y trabaja en delicadas piezas de cerámica, como platos, tazas y otros objetos que pueden ser usados diariamente o de adorno.
En ese sentido explicó que “esta técnica me resultó más sencilla que los cuadros porque utilizo calcos que se pegan y antes de pintarlos van al horno a 700 grados”.
De este modo, ha encontrado una forma de plasmar su creatividad y dedica su tiempo libre a pintar estas piezas que luego regala a sus familiares o amigos.
Destacó que en este tipo de trabajos es fundamental la vista y el pulso y además tiene la libertad de darle los colores que más le gusta a sus artesanías.
Vale mencionar que se radicó con su familia en Necochea en la década del 70, oportunidad que a su esposo le ofrecieron administrar el hotel del sindicato del Automóvil Club Argentino, que estaba ubicado en avenida 10 y 83.
Por aquel entonces su marido se estaba recuperando de un accidente y tenían dificultades económicas porque no podía trabajar en su carpintería, “teníamos tres criaturas y decidí seguir con los siete empleados hasta que se entregaran los trabajos”, recordó Josefa.
Dando muestras de su fortaleza puso salir adelante de ese trance y no dudó en acompañar a su marido cuando le ofrecieron trabajar en Necochea durante una temporada.
“Viajó y al otro día me llamó para que viniera, nos quedamos durante tres años porque lo mataron a Rucci y renunció toda la cúpula del sindicato y los empleados del hotel también”.
De todos modos, la familia se quedó en nuestra ciudad, porque su marido había ingresado como profesor de carpintería en el Colegio Industrial y habían comprado una casa a través del Banco Hipotecario.
Consultada acerca de su experiencia como cocina Josefa indicó que “el restaurante del hotel estaba cerrado, los del sindicato me pidieron que preparara unos ñoquis y no pude decirles que no”.
RETRATO
Seguir aprendiendo
Su primer día en la cocina, comenzó a las 9.30 y terminó a las 15.30 porque finalmente se abrió el comedor para 80 personas, empecé a hacerlos como en casa, me vio una turista y la invité con un plato y así se fue corriendo la voz”, evocó sonriente.
Actualmente, sigue cocinando para los suyos y si bien tuvo que aprender a la fuerza porque no tenía experiencia, recuerda que “a veces me quedaba corta porque no sabía calcular”, señaló Josefa.
Hace 48 años que se radicó en la ciudad y aquí crecieron sus hijos, toda en su vida lo ha forjado trabajando y el arte ha sido una buena herramienta para superar los malos momentos.
Gioitta nació en Ramos Mejía, vino a Necochea en el 72, y hoy tiene trece nietos y ocho bisnietos. Tiene 80 años y se mantiene activa y afirmó que “me gusta seguir aprendiendo”.