“Me encanta pintar y escribir, dedico el tiempo al ocio creativo
Beatriz De la Plaza. Abogada jubilada, encontró en el arte una rica herramienta de expresión
Descubrió en la pintura y la escritura una magnífica forma de expresión y, en estos tiempos de aislamiento social, Beatriz De la Plaza se encuentra “recreando mi realidad”, dedicando una parte de su tiempo al ocio creativo, “entiendo que es un momento para ver la parte interna de cada uno”.
Beatriz no se considera artista plástica y no le gustan las etiquetas, aunque tiene bien en claro que le fascina pintar y desde hace varios años forma parte del taller de Flavia Ferroli. En esta circunstancia tan particular continúa comunicada con su profesora a través de videollamadas, “como tengo material y pinturas sigo pintando en casa”, contó.
De la Plaza se recibió de abogada en la Facultad de Mar del Plata, en los primeros años trabajó en el estudio jurídico González, junto a su ex marido. Luego fue contratada por la Dra. Irigoyen Testa para cumplir funciones en el Juzgado de Transición. Posteriormente, se desempeñó en el Juzgado de Garantías, con Gerardo Moreno y, finalmente, en la Asesoría Pericial, hasta que se acogió a la jubilación anticipada.
Se siente agradecida de poder hacer lo que le gusta, porque además le dedica tiempo a la actividad física, con rutinas de gimnasia que realiza junto a uno de sus hijos.
A los pinceles
Empezó a pintar hace alrededor de nueve años con Alberto Franco y, por razones particulares, dejó por un corto período y resaltó que “me llevó a los pinceles, nunca había tocado uno”. En esa etapa supo que la vocación frustrada de su padre había sido la de ser pintor, “y yo sin saber”, reflexionó.
Hace cuatro año Flavia Ferroli la invitó a un evento que se llevó a cabo donde funcionaba Sotavento, “fui a pintar una tarde y no me separé de sus clases y de su amistad. Es un taller absolutamente libre y he aprendido mucho”, destacó De la Plaza.
Entiende que Flavia es muy generosa porque, ha viajado mucho por Europa, y enseña todas las nuevas técnicas que aprende pero “a su vez está muy atenta a las correcciones”.
Tiene mayor predilección por el estilo abstracto al momento de crear aunque está incursionando en lo figurativo, siempre en acrílico y respecto a su obra expresó que “me encanta el color, soy una persona positiva y se ve en mis trabajos”.
Todos los días dedica un cierto tiempo a la pintura, actividad que comparte con su hijo Juan Pablo, “él estudió con María Inés Bustillo cuando era pequeño, ahora retomó y seguimos las técnicas que no da Flavia”.
En el transcurso de este tiempo ha participado de varios concursos y el año pasado obtuvo una mención, Este año su obra “Mode on art” iba a formar parte de una muestra colectiva que organizó la curadora Roxana Vignola, en Buenos aires pero se postergó hasta el mes de junio.
Experiencia
Otra de sus grandes pasiones es la escritura, desde el año pasado participa del taller ComoCuento que coordina Juan Manuel Montero Lacasa y sobre el particular contó que “me ha reintroducido en el arte de escribir porque uno aprende cuando es chico”.
A fines del año pasado, uno de sus microrrelatos formó parte de la antología “En un abrir y cerrar de hojas” y, en 2019 también participó del concurso internacional “Encuentros y desencuentros” que organizó el Museo Casa del Faro y ganó el cuarto premio en cuento. “A raíz de eso, el artista plástico Juan Carlos Lespada la invitó al Concordare I y II, en Mar del Plata, “mis obras fueron preseleccionadas y me conecté con gente de las artes plásticas y de la escritura de Mar del Plata”.
Comentó que un compañero la incentivó a participar del mencionado concurso y recibió una satisfacción muy grande con el premio. En ese sentido, contó que “escribía cuando era niña, dejé por falta de tiempo cuando era abogada, pero ahora estoy con ropa cómoda y sencilla, tomo sol y hago gimnasia”.
En estos días de aislamiento disfruta de su casa, le gusta estar en su jardín además, de escribir y pintar, por lo que se mantiene bastante ocupada. ///
RETRATO
Beatriz se mantiene en constante actividad, es una persona con muchas inquietudes. Durante un tiempo estudió Astrología por energía, una rama que se aparta de la astrología predictiva y se afirma más en las emociones; y es reikista.
Nació en Mar del Plata, estudió en la Facultad de Abogacía. Está divorciada y tiene dos hijos y aunque no le gustan las etiquetas, la única que lleva con orgullo es la de ser la madre de Juan Pablo y Santiago.
Su proyecto es continuar con los talleres de pintura y escritura, que por ahora continúan on line. Además, comenzó días pasados con otro taller en línea con Elena Díaz Pérez y sobre el particular indicó que “es una forma de estar acompañado y conocer a otras personas”.
Beatriz también integra la Asociación Mundial de Escritores, a cargo de Gladys Mercedes Acevedo, y habitualmente postea una frase o microrrelato en ese sitio. La pandemia puede haber postergado algunos proyectos y afirmó que “no me quedo en el drama, hay que buscarle un sentido”.///