¿Los nuevos jóvenes son frágiles o más abiertos a expresar sus sentimientos?
Ante este (mal) concepto algunos profesionales analizaron a los jóvenes de hoy, el por qué en algunos puntos son mejores que los de ayer. La importancia de la educación y los referentes familiares
Solemos escuchar bastante a menudo, en nuestra sociedad, que los pibes de ahora se quejan de todo, que no soportan, ni aguantan las presiones, que todo los quiebra. Esta es una mirada, pero hay otros que en cambio creen que son más expresivos, que dejan salir por sus poros lo que les pasa por dentro, sin tener vergüenza alguna a poder expresarse. Aquellos que en la actualidad manifiestan los que les pasa a través de sus palabras, un llanto, o una obra artística, musical, plástica, etc, los han denominado, o estigmatizados, como “generación de cristal”. Ahora bien ¿Por qué?
El término lo inventó la filósofa española Montserrat Nebrera para identificar a los hijos de la Generación X que tuvieron bastantes carencias y en cambio sus hijos, nacido en la época de la crianza respetuosa, son relacionados al cristal debido a la fragilidad emocional que los caracteriza y se ve en cosas como:
- Poca tolerancia ante la crítica y la frustración.
- Fragilidad de carácter gracias a la sobreprotección.
- Inseguridades.
- Inestabilidad emocional y baja tolerancia a la frustración.
- Baja autoestima.
Verónica Calamante, licenciada en psicología, no entra en este juego de etiquetados, sino que puede compartir algunos elementos de este concepto, aunque manifiesta que “es bastante amplio, es un término muy contemporáneo en realidad y no forma ningún diagnóstico. Es más un diagnóstico social que personal, pero tiene que ver con la vulnerabilidad y la fragilidad de los adolescentes”, explicó la profesional de la salud mental, aunque dejó en claro que “no todos los adolescentes son frágiles, porque hay otros que tienen herramientas, fortaleza, recursos y lo saben aplicar”.
Acerca de qué es lo que puede afectar, dañar, movilizar a ésta generación de jóvenes, quien está al frente del Servicio de Asistencia al Suicida opinó que no hay uno solo, que es particular, pero que “el tema de las redes sociales, las expectativas altas de los padres y de la competencia, ya que viven en un entorno muy, pero muy competitivo. Todas esas cuestiones los hacen vulnerables. Tienen que ver con esto, con que cualquier cosita los rompen, los pone mal, que no es para estigmatizarlos ni nada, sino para destacar esa falta de herramientas. Hoy en día están así, impulsados a un entorno que no los protege de mucho de los estímulos que les brinda cosas, pero después cuando se dan vueltas no hay nadie que les cubra las espaldas”.
Calamante por último hace una diferencia entre los chicos de ayer y los de hoy, realizando una reflexión que bien vale la pena quedarse pensando: “Lo que pasa, en la actualidad, es que los adolescentes tienen muchas cosas a su alcance pero no saben cómo administrarlas, enfrentarlas, ni utilizarlas a su favor. La cantidad de estímulos a los que hoy se enfrentan y la falta de aptitud para sobrellevar esas exigencias. Antes no sucedía esto, ya que no había tantos estímulos por ende menos exigencias”.
Cambio marcado en las prioridades
Pretender analizar a los adolescentes del hoy con una mirada estática del Mundo es no comprender que todo evoluciona. “Hoy reconocemos los sentimientos, los expresamos, no queda como un tonto el que habla de lo que siente, sino al revés. Compartimos las frustraciones”, explica Josefina Santirso, psicóloga y sexóloga. La joven profesional e integrante de “Lo dije o lo pensé” en Ecos Radio citó ejemplos de personalidades reconocidas quienes han expresado lo que sienten, de temas de salud mental y demás. “Se ataca mucho a las Pop Star, ejemplo, Emilia Mernes, Tini, etc, cuando sí te pones a pensar ellas para llegar a donde están tienen que trabajar muchísimo, mucha fuerza de voluntad y ganarse día a día cada logro. Son personas que trabajan mucho, pero que reconocen sus sentimientos y los exteriorizan”.
Quien se identifica como un par de esta generación, a los cual muchos los etiquetan de frágiles y vulnerables, manifestó su pensamiento y dijo que “somos una generación que entendió que puede renunciar a un trabajo que no te hace feliz; separarse cuando no va más; hacer lo que amamos, ir a terapia, disfrutar de nuestra sexualidad” y enfatizó diciendo que “hay un cambio muy marcado en las prioridades que ordenan nuestra vida, antes todo pasaba por el trabajo y crear una familia. Hoy para los jóvenes la prioridad es su salud mental y que su vida tenga un sentido que los vuelva felices”.
Por último Santirso puso en discusión algo que por estos tiempos se da por sentado, como una ciencia cierta, como un concepto objetivo: “Cuando se realiza esta comparativa entre las generaciones de antes y ahora, creo que lo más importante a recalcar es que ahora no somos más sensibles que antes. La vulnerabilidad es propia del ser humano, solo que antes se ocultaba porque era signo de fragilidad. Hoy ser vulnerable es ser valiente, es saber marcar límites y reconocernos”.
“Jóvenes más evolucionados, sentimental hablando”
Coincidiendo parcialmente con las anteriores opiniones, Jesica Arce se muestra alejada de los conceptos y encasillamientos que sufren nuestros jóvenes en la actualidad, de parte de un sector de la sociedad, y explicó que “hay un cambio de época muy importante que tiene que ver con el atravesamiento de lo virtual, el post pandemia donde los adolescentes estuvieron en pausa y conectados a la virtualidad y el avance en la inteligencia artificial”, dijo en un primer término para luego dar un detalle bastante interesante a la hora de analizar el todo: “Hay que tener en cuenta que los modelos de adultos que ellos tienen hoy, también, están encima de la virtualidad, ya sea por lo laboral o por el disfrute”. Por ende lo que también describe la psicopedagoga es que aquellos espejos que antes podíamos tener hoy ya no son iguales.
Los cambios en lo que hace a la educación son vitales a la hora de la formación de un chico o una chica, tanto como los valores que se plantean en los hogares, por eso para la consejera escolar, “todo esto que está pasando da cuenta que en las escuelas secundarias se necesita un cambio en las curriculas de como se venía dando hasta ayer, que no lograba el interés de los jóvenes, que no los atrapaba. Hoy debería ser más enfocado en lo que ellos necesitan”.
Por último Arce rechazó el etiquetado que se le suele poner a la población juvenil entre la adolescencia y la adultez, al decir que “a mí no me gusta esta tipología de “generación de cristal”, me parece que hemos avanzado un montón en el tema de las emociones como seres humanos y esto tiene que ver con el enfoque de las inteligencias múltiples, lo que es el aprendizaje que tiene que ver con las emociones, que nace desde el nivel inicial, donde nos encontramos con jóvenes más evolucionados, emocionalmente hablando y eso no está mal, ser menos duros. Nosotros estuvimos criados de otra manera”.///
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