Llega el Viernes de Cine al Centro Cultural con Crossing
Una película filmada en Turquía del director Levan Akin
Hoy viernes, a las 20, se realizará un nuevo encuentro del ciclo “Viernes de Cine” en la sala mayor del Centro Cultural de Necochea.
En la oportunidad, se proyectará la más reciente realización de Levan Akin, cineasta nacido en Estocolmo, pero de familia georgiana que regresa al país de sus antepasados y luego viaja a Turquía para rodar esta sensible película: “Crossing, caminos cruzados”. Además, es el director de la muy premiada And Then We Danced, 2019.
La historia
La actividad comenzará a las 20 con una variada selección de cortos de distintas nacionalidades y temáticas.
En tanto que a las 20.30, se podrá ver “Crossing” (Georgia/Suecia/Turquía, 2024) de Levan Akin.
La película cuenta la historia de Lía, una maestra georgiana, jubilada desde hace tiempo, quien ha salido a buscar a su sobrina Tekla, luego de la muerte de su hermana. Es la única familia que le queda, le dice a Achi, un joven tan georgiano y solitario como ella, atrapado en la casa de su hermanastro, en el pueblo de Batumi. Sin pensarlo demasiado y a pesar de las profundas diferencias generacionales y de sus personalidades casi opuestas, Lia y Achi parten juntos hacia Estambul sin demasiadas pistas ni certidumbres, pero con el deseo de hallar a Tekla y, de paso, romper con la previsibilidad y la abulia de su existencia pueblerina sumergiéndose en la fascinante y contradictoria inmensidad urbana.
Lo que sí sabe Lia es que Tekla es una mujer transgénero, expulsada de Batumi con desprecio y arrancada de la vida de su hermana con un dolor que la persiguió hasta su lecho de muerte. La búsqueda de su paradero es fruto de una promesa, pero también de una reparación. Para recomponer su propio recuerdo y unir las piezas de esa familia rota.
Como todo buen film de camino, de búsqueda, es tan o más importante el trayecto que la llegada, el proceso que el destino final. Con sensibilidad y encanto, sin demagogia, condescendencia, manipulación ni moralina, Akin nos va acercando a los universos personales.
El film de Levan Akin es como un laberinto que no tiene principio y final, donde la circularidad condimenta los destinos con el mejor sabor del melodrama. Con los colores y la energía de Estambul, y con la más nostálgica de las canciones turcas.
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