La inundación que advirtió lo que podría ocurrir en el 80
En septiembre de 1971 se produjo una fuerte crecida producto de las intensas lluvias en los distritos de la región. Aunque el agua no llegó a la ciudad, algunas localidades del interior quedaron aisladas
“Funcionarios de la Dirección de Hidráulica, dependiente del Ministerio de Obras Públicas de la provincia, arribaron a nuestra ciudad para compenetrarse de la difícil situación que soporta el sector agropecuario a raíz de las inundaciones y también por el desborde de las aguas que ha afectado a rutas y caminos, provocando inconvenientes insalvables en algunos casos”.
El texto anterior pertenece a un artículo publicado en Ecos diarios hace cincuenta años.
En abril del año pasado se cumplieron 40 años de la gran inundación. Sin embargo, no fue esa la primera ni la última inundación en la región. Este mes se cumple medio siglo de la inundación de septiembre de 1971.
El día siguiente al que apareciera publicada la nota citada al principio, se publicó un artículo de una página: “Ha sido calificada de alarmante la situación del sector agropecuario”, señalaba la nota.
Y agregaba que en el partido de Necochea había 135.000 hectáreas bajo las aguas. La inundación afectaba a varios distritos de la región.
Con maquinaria enviada por la Dirección de Hidráulica se comenzó la apertura de una zanja para facilitar el desvío de las aguas acumuladas en la ruta 228 a la altura del kilómetro 5,4, que habían aumentado durante la jornada anterior.
Según se informaba en la misma página, el nivel había llegado a los 60 centímetros y había 650 metros de camino bajo el agua.
Ante esta situación, la Sociedad Rural de Necochea solicitaba a los productores agropecuarios de la zona la provisión de bolsas de arpillera usadas que serían utilizadas para realizar tajamares o muros de contención.
También se indicaba que debido al avance de las aguas, la laguna formada sobre la ruta 228, obligó a las autoridades a prohibir el paso de vehículos por ese tramo. Por ello se realizó un desvío que obligaba a realizar un rodeo de 12 kilómetros.
La situación se complicó con los días en la región. El viernes 3, personal de la Municipalidad de Lobería procedió a la evacuación de numerosas familias residentes en la sección quintas de la vecina ciudad.
Ese mismo día una fotografía aérea mostraba la escuela del paraje “Dos Hermanitas” rodeada de agua.
El domingo 5 comenzaron los trabajos de excavación de la zanja de 3.000 metros de longitud para el drenaje del agua estancada sobre la ruta nacional 228, entre los kilómetros 5 y 6.
Tierras bajas
Según los registros de lluvias, en las primeras seis décadas del siglo XX las lluvias llegaban a un promedio anual cercano a los 700 milímetros. Sin embargo, en la década del 70 esa cifra trepó a casi 850 milímetros.
Pero en aquel 1971, el registro alcanzó los 1.053 milímetros. Paradójicamente, septiembre no fue uno de los más lluviosos en el distrito. Fue en abril cuando el registro alcanzó su mayor marca: 178,3 milímetros.
Sin duda, como ocurriría nueve años después, las lluvias registradas en los distritos de la región fueron las que llevaron al anegamiento de los campos cercanos a la ciudad.
A medida que avanzaba septiembre y mientras en el país se vivía un denso clima político que llevó al intendente Alberto Percario a presentar su renuncia ante el gobernador interventor militar Miguel Moragues, las aguas seguían sobre la ruta 228.
Si bien poco después Percario fue confirmado en el cargo, la situación hídrica del distrito era tal que el viernes 10 de septiembre se informó que la Comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria analizaba incluir a Necochea, Lobería y Tres Arroyos bajo el régimen de urgencia.
Mientras el agua comenzaba a bajar en la zona suburbana de Lobería, en Necochea se decidió clausurar el acceso a la ruta 228 ante las lluvias registradas el sábado 11 y desviar todo el tránsito entre nuestra ciudad y Tres Arroyos por la ruta 86 y la 3.
Los funcionarios de Vialidad advertían que el drenaje de la ruta 228 podía demorarse meses, a pesar de los trabajos realizados.
En el interior del distrito la situación no era mejor. La ruta 80, entre Juan N. Fernández y Claraz también se encontraba inundada. Ambas localidades estaban aisladas y por ello los docentes que debían movilizarse de una localidad a otra debían cruzar una extensa laguna por las vías del ferrocarril.
El martes 21 el director de Hidráulica de la provincia, Carlos Roggero llegó a la ciudad y tras reunirse con el intendente, realizó un vuelo sobre la zona inundada en un avión que partió del aeródromo local.
Recién a mediados de mes la situación comenzaba a estabilizarse. Según se informó, el agua no bajó con los trabajos de drenado debido a que continuaba llegando agua desde el norte, sin embargo tampoco se registraba una crecida. Para ese momento, el corte de la ruta 228 ya llevaba un mes.///
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