La inspiradora historia de Sasha: de albañil a influencer viajero
El joven oriundo de Necochea hoy trabaja con las redes sociales y brinda información útil a quienes quieren emigrar
Sasha Alan Crivelli, un joven de 28 años oriundo de Necochea y conocido en el ámbito digital como "Sasha viaja" se ha convertido en una figura influyente, compartiendo su odisea de emigración y viajes por el mundo a través de sus plataformas digitales. Con casi tres años viviendo en el exterior, su historia es un testimonio de perseverancia, independencia y valentía, aunque siempre manteniendo un fuerte lazo familiar. Su impacto se refleja en sus más de 220.000 seguidores en Instagram y más de 25.000 suscriptores en YouTube.
La dureza de emigrar sin brújula
La incursión de Sasha en el mundo de los videos y los viajes globales no fue premeditada, sino que nació de la necesidad de ayudar a otros. Su propia experiencia migratoria estuvo lejos de ser un camino fácil. Tras decidir emigrar, "nada de lo que tenía pensado salió como esperaba, todo salió mal", relata. No consiguió trabajo en el país al que inicialmente se dirigía (Andorra), lo que lo llevó a Málaga junto a su novia y su mejor amigo, sin documentación para trabajar en Europa.
Fue en Málaga donde comenzó una verdadera "odisea". Sin opciones, Sasha tuvo que "empezar a moverse, hacer contactos de cero, hacer amigos, tocar puertas" hasta conseguir su primer empleo: trabajar de peón de albañil. Una labor que nunca había realizado, pero que asumió por un año y tres meses para evitar regresar a Argentina, una decisión que había meditado durante mucho tiempo.
Del andamio a la pantalla
La idea de crear contenido surgió a mitad de su experiencia como obrero de construcción, cuando llevaba seis meses en el puesto. El trabajo era arduo, la gestión de documentos sumamente complicada, y la desinformación, abrumadora. "No encontraba a alguien en internet, cuando yo googleaba, que me cuente la realidad, así como uno lo vive o lo siente", explica. Fue esta carencia lo que lo impulsó a comenzar a hacer videos, con el objetivo inicial de "ayudar a las personas para que se enteren un poco de cuál es la realidad de venirse a Europa si es que no tenés un pasaporte europeo".
Aunque siempre fue aficionado a los videojuegos y las redes sociales, Sasha nunca se había tomado tan en serio la creación de contenido como ahora. Lo que comenzó como un acto de servicio, pronto evolucionó. Después de sus primeros videos, la gente empezó a pedirle más detalles sobre su experiencia y ubicación, lo que lo llevó a compartir cada vez más de su vida. Las reproducciones y los seguidores crecieron, y eventualmente, las marcas comenzaron a aparecer, y Sasha se encontró "ganando dinero".
La libertad del trabajo online
Actualmente, Sasha vive exclusivamente de su trabajo en redes sociales, manejando sus cuentas en Instagram, TikTok y YouTube. Esta nueva realidad le permitió concretar un sueño: viajar. Se define como una persona muy curiosa que todo quiere saberlo y todo quiere verlo.
Su primer gran viaje como "nómada digital" fue al sudeste asiático durante cinco meses. Una elección motivada por la necesidad de una zona económica en los inicios de su negocio online. De todos los lugares que ha conocido, Japón lo dejó "fascinado", no solo por el país, sino también por su gente.
De la desconfianza al orgullo
La travesía de Sasha no estuvo exenta de desafíos, incluso en el ámbito familiar. Al principio, sus padres, de 61 años, "no confiaban mucho" en el potencial de las redes sociales como fuente de sustento, ya que no comprendían cómo funcionaba el modelo de negocio. Su mamá era más receptiva, pero su papá, un poco más escéptico.
Sin embargo, todo cambió cuando vieron que Sasha realmente vivía de su contenido y que esta oportunidad incluso le permitía visitarlos. Su padre, en particular, tuvo una revelación el año pasado, cuando Sasha pudo acompañarlo durante tres meses en Italia mientras tramitaba su pasaporte italiano (la familia es descendiente de italianos). Esta experiencia le permitió a su padre "realmente tomar noción" de lo que Sasha hacía, y ahora están "muy contentos" y orgullosos de sus logros.
Desde sus 22 años, cuando se fue de Necochea a La Plata para estudiar y estar con su novia, hasta su decisión de emigrar a Europa a los casi 24 años por no ser feliz en su trabajo y su situación económica, Sasha Alan Crivelli ha demostrado una determinación inquebrantable que lo ha llevado a convertirse en un viajero del mundo y un creador de contenido influyente. Su historia resuena como un ejemplo de cómo la adversidad puede transformarse en la chispa para perseguir y alcanzar sueños impensados.
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