La expedición científica que despertó la pasión de un país
Emiliano Ocampo, integrante del equipo de investigación del Conicet fue entrevistado en “Desde Temprano” Por Ecos Radio
“Estoy en el subsuelo del barco, en la sala de conferencias, donde están los monitores y el hangar del robot que toma muestras”. Así comenzó la charla en “Desde Temprano” por Ecos Radios con Emiliano Ocampo, doctor en Ciencias Biológicas e integrante del equipo científico argentino que, a bordo del buque Falkor Too del Schmidt Ocean Institute quienes en conjunto con el CONICET exploran a más de 3.000 metros de profundidad en el Atlántico Sur.
La voz llega entrecortada desde alta mar, pero la emoción es nítida. El equipo, compuesto por 25 investigadores e investigadoras del Conicet y universidades de todo el país, logró lo que parecía imposible: capturar el interés de miles de personas, desde niños y niñas hasta adultos mayores, a través de transmisiones en vivo donde muestran sus descubrimientos en tiempo real.
Ocampo, forma parte de un grupo de biólogos marinos que desde hace años trabaja con especies del fondo marino. Esta vez, la oportunidad de acceder a tecnología de punta como el robot submarino (ROV) y a un buque internacional con capacidad para explorar a gran profundidad, les abrió un nuevo horizonte.
“Nuestra propuesta científica fue evaluada y aceptada por el Schmidt Ocean Institute. Lo que no esperábamos era esta repercusión mediática. En las transmisiones en vivo hay más de 60 mil personas mirando. ¡A las 4 de la mañana había 20 mil conectadas!”, explicó.
Más allá del impacto, hay un trasfondo pedagógico: “Muchos de nosotros somos docentes, así que esta posibilidad de enseñar en vivo, mientras encontramos nuevas especies, nos parece maravillosa. Recibimos dibujos de niños, mensajes de docentes, preguntas del público. Se generó un ida y vuelta muy valioso”.
El fenómeno argentino
En plena transmisión, los descubrimientos no tardan en recibir nombres espontáneos. Un pepino de mar violáceo pasó a llamarse “batita”, una langostilla blanca se bautizó “merenguito” y otro ejemplar es ahora conocido como “chanchito”. “Ya está, esos nombres quedan. En las publicaciones científicas vamos a tener que poner: ‘amistosamente conocido como merenguito’”, bromeó el entrevistado.
El equipo trabaja 24 horas sin descanso. “Yo todavía no me acosté desde ayer a las 5 de la tarde. No porque queramos, sino porque encontramos cosas que nos sacan el sueño. Somos fanáticos de lo que hacemos”, afirma. Y lo que hacen, claramente, genera un magnetismo inesperado.
Lo que comenzó como una misión científica se transformó en una experiencia colectiva emocional y cultural. “No dimensionamos lo que está pasando. Yo me enteré por ustedes que fue el streaming más visto del mundo. Necesitamos un sociólogo que nos explique este fenómeno. Pero claro, es Argentina, es la pasión de nuestra gente”.
La expedición arrancó el 20 de julio y se extenderá hasta el 10 de agosto, con regreso a Buenos Aires previsto para el 12. “Exploramos desde los 800 hasta casi 3900 metros de profundidad en el cañón Mar del Plata. Lo que recolectamos se clasifica y luego se distribuye a los laboratorios del país. Finalmente, el material quedará resguardado en museos nacionales para su estudio”.
Además, el especialista expresó su alegría por poder “sumar ladrillitos en la pared” sobre un tema que no hay tanto conocimiento como es el caso de los fondos profundos.” Los fondos profundos marinos se conocen muy poco en términos generales y específicamente los argentinos se conocen muy poquito, entonces vamos a estar generando información básica que se va a articular con cuestiones aplicadas más adelante”
Y concluyó “ojalá que esta experiencia sirva para que la comunidad científica sea mucho más apoyada también no solamente por el arco político, sino por todos nosotros”.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión