La Clínica José Ingenieros en riesgo debido a la deuda de PAMI
“Sin respuestas, el cierre es inminente”, así lo manifestó Gonzalo Pérez Cortizo, director del centro de salud mental
La Clínica psiquiátrica privada “José Ingenieros” S.R.L de Necochea atraviesa una de las peores crisis desde su fundación hace 42 años. El escenario actual, según explicó su director y socio gerente, Gonzalo Pérez Cortizo, es crítico e insostenible. El Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) adeuda pagos desde hace varios días y la institución ya no cuenta con margen financiero para continuar con sus actividades. La posibilidad de un cierre es inminente.
“PAMI ha sido una complicación y un sostén al mismo tiempo”, explicó el directivo. La clínica trabaja con muchas cápitas en salud mental, no solo del distrito, sino también de la zona, con derivaciones desde localidades como Villa Gesell. “Sin el flujo de pagos, no podemos mantener pacientes internados, darles medicación ni pagar los sueldos”, advirtió.
Con una planta de 45 trabajadores, en su mayoría profesionales de la salud, y alrededor de 50 pacientes internados, la clínica neuropsiquiátrica cumple un rol central en la atención de salud mental en el distrito, ya que es la única en el distrito. Sin embargo, los pagos del Instituto, que históricamente se realizaban entre los días 17 y 25 de cada mes, aún no han sido efectivizados y no hay información oficial sobre cuándo ocurrirá. “La oficina local no tiene novedades. Nos dicen extraoficialmente que la plata no está en el sistema”, indicó.
A la falta de pagos se suma la imposibilidad de operar con parte de su infraestructura. “Tenemos media clínica vacía, con 40 camas cerradas por trabas en la Ley de Salud Mental”, explicó. Esto impide ampliar la atención a otros pacientes jóvenes o con retrasos, ya que la normativa exige condiciones edilicias difíciles de alcanzar. “No hay dónde derivar a quienes tienen alta, los hogares están colapsados y muchos pacientes no pueden volver con sus familias”, denunció.
La clínica fue adquirida hace tres años por Pérez Cortizo y su socia, Andrea Martin, gerenta comercial, quienes recién hace dos semanas obtuvieron la personería jurídica, tras un largo proceso burocrático. Sin embargo, cuando pensaban que podrían comenzar a operar con mayor libertad, se encontraron con esta nueva crisis. “Nos estamos replanteando cómo seguir. Siempre está el fantasma del cierre. No porque queramos quebrar, sino para evitar problemas mayores”, sostuvo.
Además del impacto en los trabajadores, hay consecuencias sociales evidentes. “Vamos a dejar a casi 50 familias sin trabajo y a 50 familias con familiares que no pueden tener en sus casas”, lamentó. La clínica representa uno de los pocos espacios en la región preparados para contener a personas con patologías psiquiátricas graves.
“Hoy, nuestra única escucha la tenemos desde la Intendencia. Desde el Estado nacional, no hay respuestas”, concluyó. Si la situación no se revierte en las próximas horas, la clínica podría comenzar a trasladar pacientes desde este mismo lunes.
“Creímos que esperar hasta el 5 iba a ser suficiente. No hubo respuesta. Ahora estamos viendo cómo cortar el servicio. No quiero que sea este fin de semana, pero va a ser muy pronto.”///
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