La apertura de la planta de silos más grande del mundo
El 21 de diciembre de 1957 se inauguró en Quequén una obra de gran impacto para la agricultura de la región. Costó casi 31 millones de dólares y aumentó la capacidad de almacenamiento en 300.000 toneladas
“Cuenta Quequén con la planta de silos más grande del mundo”, decía el título de Ecos Diarios del 21 de diciembre de 1957.
Ese día se inauguró la planta de silos subterráneos, ubicada en el acceso a la ciudad por la ruta 227, una de las obras más importantes realizadas para la agricultura de la región en el siglo pasado.
Construida en inmediaciones de la ex Granja Glaxo, en el sector que hasta hace unos años se conocía como “la curva de la muerte”.
La planta ocupa una superficie de 135.000 metros cuadrados y tiene 4987 metros lineales de silos, de 12 metros de diámetro. La capacidad total de almacenaje era en ese momento de 300.000 toneladas.
Además se había construido un edificio destinado a oficinas, un galpón de 60 por 12 metros para depósito de maquinarias, sanitarios, un pabellón para la báscula destinada al pesaje de camiones, una torre tanque y perforación para la distribución de agua potable.
En la construcción se habían invertido unos $60.000.000, casi 31 millones de dólares de la época, teniendo en cuenta que en diciembre de 1957 el cambio era de 1,59 pesos por dólar.
Obra trascendental
El acto inaugural fue presidido por el ministro de Obras Públicas de la Nación, Pedro Mendiondo, y el ministro de Agricultura y Ganadería, Alberto Mercier. Además, estuvieron presentes el interventor interino de la provincia y otros altos funcionarios nacionales y provinciales.
Fueron recibidos por los comisionados municipales de Necochea y Lobería, representantes de entidades y miembros de la empresa Panedile Argentina, contratista de la obra.
Los ministros llegaron en avión al aeródromo local y se trasladaron hasta la planta, donde los esperaban funcionarios de la Dirección Nacional de Construcción de Elevadores de Granos y de la Junta Nacional de Granos y representantes de la empresa Panedile Argentina.
Mendiondo, procedió a cortar la cinta simbólica para franquear la entrada principal. Luego el cura párroco de Quequén, presbítero Dardo Rodríguez Pérez, efectuó la bendición de la obra
Discurso del ministro
Luego del discurso del comisionado municipal de Lobería, Emilio Ariet, hablaron los ministros Mendiondo y Mercier.
El ministro de Obras Públicas dijo aquél día histórico para la región que “el país necesita una agricultura próspera, porque esta prosperidad significa bienestar para sus agricultores, que es contribuir en definitiva a cimentar la grandeza del país, por constituir esta fuente madre un renglón fundamental de su vida económica y de primordial importancia en el intercambio comercial con el exterior”.
Luego, Mercier dijo que la habilitación de la planta “constituye un acontecimiento trascendente para el campo argentino”.
“Queda desde este momento bajo la custodia de la Junta Nacional de Granos, incorporada al ámbito de sus tareas específicas”, dijo el ministro de Agricultura. “Esta magnífica obra es una realidad y también un símbolo”.
“Son los silos subterráneos más grandes del mundo y ello es motivo de justificada satisfacción para el gobierno”, señaló Mercier.
Después de una rápida visita por el puerto, donde la comitiva hizo un alto frente al elevador terminal “Ministro Antonio De Tomaso”, los funcionarios visitantes se dirigieron a Necochea, donde asistieron a un almuerzo que se realizó en el Royal Hotel y que congregó a más de 140 comensales.///
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