Esta vez Fernando Burlando fue noticia por algo ajeno a su trabajo de abogado. Su hija mayor, María, lo convirtió en abuelo por primera vez. El miércoles 2 de abril nació Beltrán, con 3,200 kilogramos, en el Sanatorio Otamendi de la ciudad de Buenos Aires.
El bebé, sin saberlo, revolucionó para siempre la dinámica familiar del abogado más conocido del país. “¡Lo que puede llegar a ser esto con Saritah, que es un demonio!”, lanzó Burlando con media sonrisa en una entrevista reciente. En su mente se dibujó un mundo de travesuras compartidas entre su hija menor, fruto de su relación con Barby Franco, y su primera nieta, separadas apenas por dos años de vida.
Modelo y su propia jefa
Su hija mayor, María Burlando no heredó la vocación jurídica, pero sí la determinación feroz del apellido. Empresaria, modelo de su propia marca y creadora de Lewe, una firma de ropa y decoración del hogar, ha cultivado su vida con una estética cuidada y un silencio elocuente. Lejos de las cámaras que orbitan a su padre, María mantiene un perfil selectivo: comparte paisajes de viajes, instantes de calma, y apenas retazos de su vida con el hombre que eligió para formar familia, un empresario gastronómico de 36 años que desde 2018 aparece, sin nombre, en sus publicaciones.
“Estamos todos muy contentos, papá está extremadamente feliz, como toda la familia”, declaró María antes del parto. Beltrán no solo es su hijo: es también el símbolo de una nueva era familiar.
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