Entre España, Panamá y Chile: el año del grupo Canapé de Polenta
La compañía visitó Ecos Radio y repasó sus giras, experiencias y proyectos
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El grupo de títeres infantiles Canapé de Polenta pasó por el programa “Desde Temprano”, por Ecos Radio, para contar cómo vivieron su 2025. En la emisión estuvieron Pablo Coronel y Sol Alconi, mientras que la compañía se integra además con Cecilia Alconi, Estefanía Bailey, Vanina Roca y Lisandro Roca.
Durante la charla, los integrantes hicieron un amplio repaso de su año, destacando que viajaron por España, Uruguay, Chile, Panamá y varias provincias argentinas, llevaron su obra Estación Quequén a teatros colmados y establecieron vínculos culturales en distintos países. También adelantaron parte de sus proyectos para 2026.
Para comenzar, detallaron que en 2025 viajaron a España, donde permanecieron dos meses y medio, y que también estuvieron en Uruguay, Chile y Panamá. En Argentina recorrieron Córdoba, Mendoza y Buenos Aires. Sobre la experiencia en Panamá, destacaron que había sido “muy loco”, porque se encontraron con un trato inusual: tuvieron chofer a disposición y participaron de actividades oficiales. Relataron que estuvieron varias veces con la mujer del presidente y que debieron atravesar operativos de seguridad completos, con perros antibomba que revisaron incluso hasta los títeres. La primera dama abrió una de las actividades y también estuvo presente el gobernador. Para el grupo, se trataba de “otra forma de vincularse”, muy distinta a la Argentina, donde, según explicaron, a veces realizan funciones sin que las autoridades locales se acerquen a saludarlos.
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Compararon esa experiencia con lo vivido en Chile, donde, según contaron, “se nos partió la cabeza”, porque se encontraron con un público muy diferente. Describieron que en Panamá la gente se levantaba a bailar durante el show, mientras que en Chile el público era muy respetuoso y, en general, “menos barullero”, algo que observaron también en otros países. Recordaron que los teatros estuvieron llenos y que les llamaba la atención ver afiches con la palabra Quequén, por el título de su obra Estación Quequén, algo que definieron como “un flash”.
Explicaron que ya habían quedado comprometidas nuevas giras para el año siguiente y que su trabajo funcionaba como “una rueda”, en la que cada viaje abría nuevas posibilidades. Comentaron que estaban desarrollando una idea nueva para una próxima función y que no sabían hacia dónde podía llevarlos. Manifestaron un fuerte agradecimiento por todas las oportunidades recibidas y afirmaron que lo vivido era “inolvidable”, especialmente por poder hacerlo juntos.
Sobre los vínculos institucionales, remarcaron la “naturalidad” de los embajadores y funcionarios en otros países. Dijeron que, culturalmente, Argentina seguía siendo muy valorada y que, tanto en España como en los otros países que visitaron, ser artista argentino era un sello propio. “Es como ser futbolista y ser argentino; es un ADN”, aseguraron. Adelantaron que en Panamá querían llevarlos por todo el país para fomentar la creación de una escena titiritera que, según señalaron, “no existe”. Contaron que en Chile sí encontraron titiriteros y conexiones teatrales muy buenas, incluso en la capital.
Al describir Panamá, afirmaron que era un país sin una cultura propia desarrollada en este campo y repasaron brevemente su historia, al señalar que había sido creado por Estados Unidos tras su separación de Colombia, impulsada por el interés estadounidense en el Canal.
Acerca de los objetivos para lo que quedaba del 2026, recordaron que en Necochea habían realizado un programa en Canal 4, “Las aventuras de Canapé y Polenta”, donde recorrían provincias entrevistando personajes y mostrando imágenes de funciones. Señalaron que la persona que había hecho la edición del programa vivía ahora en Panamá y había filmado material que planeaban convertir en una producción “semi documentada o semi película”, con intención de presentarla en el Espacio Cultural WO como cierre del año.
Indicaron que ya organizaban el viaje a España para el año siguiente, y que Panamá y Chile se habían ido estructurando de manera natural. Resaltaron que España era un destino importante porque parte del grupo tenía hijos viviendo allí. Recordaron que no habían salido del país hasta recorrer las 24 provincias y que su forma de trabajar implicaba volver a cada lugar y dejar que las oportunidades surgieran. “Las puertas se van abriendo naturalmente”, contaron. Relataron que a veces alguien les proponía realizar una fiesta y eso derivaba en la puesta en marcha de una obra “sin lenguaje”, con la que venían trabajando en partes. También mencionaron que les gustaría hacer una obra de educación para padres.
Reflexionaron sobre el trabajo con la infancia, al afirmar que “la mente de un niño es un flash” y que los niños eran “diferentes en todos los lugares”. Señalaron que para ellos trabajar con la niñez era un “viaje total” y dijeron que “no podés engañar a un niño”. Afirmaron incluso que, sin los niños, “el mundo ya no existiría”. Finalmente, subrayaron con emoción que llevaban “la bandera de Quequén a todos lados”.
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