En noviembre de 1892 cambió la región
Ese mes llegó a Quequén el primer tren y comenzó el dominio de los ferrocarriles como medio de transporte durante los próximos 70 años.
JUAN JOSE FLORES
Redacción
Este mes se cumplen 132 años de la llegada del primer tren a Estación Quequén. Fue el 25 de noviembre de 1892 y fue uno de los hechos más trascendentes en la historia de la región, ya que no sólo tuvo un enorme impacto en el transporte.
También dio inicio a una serie de inversiones que terminaron para instalar al tren como el principal medio para el traslado de personas y cargas en el sudeste de la provincia de Buenos Aires.
Casi dos décadas después, el 15 de octubre de 1908 se inauguró la línea Necochea-Lobería-Tandil. En tanto, el 20 de noviembre de ese mismo año, quedó habilitada la línea Tamangueyú-Lobería-Tres Arroyos.
En los 16 años transcurridos desde la llegada del tren a Quequén, el ferrocarril tuvo un desarrollo imparable, que marcó el nacimiento de varias localidades y le dio un impulso enorme a la región.
Finalmente, el ferrocarril llegó a Necochea el 1º de agosto de 1894. La línea había comenzado su tendido en la Capital Federal y llegado hasta Chascomús, para luego continuar hasta Dolores en 1857.
El tramo entre esta última población y Ayacucho se habilitó en 1863, para después concretarse los 88 kilómetros hasta Balcarce.
Las vías tardaron varios años en cubrir los 105 kilómetros que separan a esa ciudad de Quequén.
Primer convoy
El 24 de noviembre de 1892 arribó el primer convoy hasta la estación de la vecina localidad.
Para materializar el enlace entre Quequén y Necochea -sólo 1,5 kilómetros- transcurrieron dos años más, aunque la construcción del puente ferroviario había comenzado en 1890.
Más de 500 trabajadores tomaron parte en la construcción de este paso, realizado con materiales que llegaron en 1891 a través del naciente puerto local.
La llegada del ferrocarril a Necochea significó un revolucionario avance para el transporte de la época.
La jornada del 1º de agosto de 1894 resultó una verdadera fiesta para la ciudad, cuando arribó ese primer tren con vagones de pasajeros y cargas.
Entre los viajeros ilustres y personalidades se destacaba el doctor Carlos Pellegrini, ex presidente de la Nación.
El primer jefe de la estación, Lorenzo Revol, hizo repicar 21 veces la campana y numeroso público se dio cita en el lugar para adherirse a la celebración.
Impacto en la región
Al trazar una pintura de la época, el historiador necochense Egisto Ratti escribió que “el 20 de noviembre de 1908, al inaugurarse el ramal Tamangueyú-Lobería-Tres Arroyos, el ferrocarril cruzó importantes zonas productoras de cereal, dando paso a ventas y remates de tierras en la denominada mejor región triguera del mundo”.
El tren también motivó la conformación de poblados como La Dulce, que es la localidad más antigua del interior del distrito, y el pueblo Cooper, luego Defferrari.
El 15 de octubre de 1908 se inauguró la línea Necochea-Lobería-Tandil y, en consecuencia, los trenes comenzaron a llegar a nuestra ciudad por vía Tandil y vía Ayacucho.
El ferrocarril continuó siendo el principal medio de transporte de pasajeros con el que contó la ciudad durante décadas.
Decenas de personas trabajaban en la estación. En aquella época los trenes eran a vapor y además de los guardas, se hacía necesario el empleo de maquinistas y foguistas para poder hacer funcionar los gigantes de hierro.
No obstante, la aparición de los servicios de ómnibus de larga distancia y la falta de mantenimiento del puente ferroviario comenzaron a atentar lentamente contra la continuidad del tren en Necochea.
El desgaste del puente hizo que el paso de trenes fuera cada vez más dificultoso, hasta que en diciembre de 1968 se decidió clausurarlo y Necochea se quedó definitivamente sin tren. Si bien la estación continuó funcionando durante varios meses más como expendedora de boletos.
El cierre definitivo de la Estación significó el fin de un ciclo que cerró en 1980, con la caída del puente ferroviario durante la inundación.
Después hubo varios proyectos tendientes a levantar el puente y a recuperar el servicio ferroviario, pero todos quedaron sólo en los papeles.
Allí también comenzó la larga decadencia del servicio de trenes en la región que culminó en 2003 cuando se produjeron los últimos viajes entre Constitución y Quequén.///
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