Empleados aceptan el retiro voluntario
La mitad del personal de la sede local se acogió a la propuesta. Se resiente la atención
RAUL JAUREGUI
Redacción
Diez de los veinte empleados de la sucursal centro del Correo Argentino aceptaron el retiro voluntario propuesto por la empresa, y por estas horas están firmando su desvinculación, con lo cual a partir de la semana entrante se vería severamente afectada la actividad y atención en la sede de 58 y 63.
Los trabajadores, de diversas edades, acataron una tentadora oferta en dinero a cambio de abandonar la empresa, en el marco de la política que ha determinado el Gobierno nacional, único accionista. La idea es desmantelar el Correo en las más de 1.500 sucursales de todo el país, achicando su planta de empleados en un número cercano a los 5.500, para luego concesionarlo o privatizarlo.
Vale resaltar que el plazo para aceptar el retiro voluntario vence el próximo viernes 24, y quien lo acate debe confirmarlo a través de una plataforma digital dispuesta por el área de recursos humanos de Correo Argentino.
Allí previamente y de acuerdo a los años de servicio se les indica el monto del dinero que se les otorgará por el retiro voluntario, que según trascendió para algunos empleados de años en la sucursal local supera los $50.000.000.
Una vez recibida la respuesta los interesados deben presentar un formulario con datos de puño y letra aceptando el acuerdo, que se firma en una escribanía de Mar del Plata. Noventa y seis horas después se les deposita el total de esta suerte de indemnización.
Si bien algunos empleados aún no han acatado el retiro voluntario, ya sea porque lo están analizando o porque desean continuar, en el ámbito del Correo local muchos temen que en un tiempo no muy lejano lleguen los despidos, si es que se privatiza la empresa.
¿Sucursales en peligro de cierre?
A consecuencia del éxodo del 50% de la plantilla de personal, existe incertidumbre de lo que pueda ocurrir a partir del miércoles de la semana próxima, cuando queden solo 20 empleados para la atención en la oficina, donde hay un intenso movimiento por la entrega y despacho de encomiendas, descarga de los camiones que llegan diariamente con paquetes y misivas; y la distribución domiciliaria de cartas y telegramas.
Sin embargo, la preocupación se potencia en el caso de las sucursales de la villa balnearia (en 85 entre 6 y 8) y Quequén, cuyos edificios son alquilados y sobre los cuales se especula que serían cerradas y hasta se presume que los trabajadores podrían no ser reubicados.
En la sede quequenense se supo que tres de los siete empleados ya han aceptado el retiro voluntario.
En el caso del viejo edificio del Correo en Necochea, inaugurado en la década del 30, se mantiene en “buenas condiciones” y tiempo atrás se hicieron trabajos de mantenimiento en techos y losas.
Un Déjà vu
Antiguos empleados consultados por Ecos Diarios recordaron que durante el gobierno de Carlos Menem se privatizaron varias empresas estatales y el Correo fue concesionado durante siete años en manos del multi empresario Franco Macri, registrándose una situación similar a la actual.
“En esos tiempos se preveía hasta cerrar y vender la sede de 58 y 63, y en el caso de los retiros voluntarios hubo tres jefes que no lo aceptaron y terminaron siendo despedidos meses después con un saldo mucho menor de dinero… “, apuntó un empleado de años que hoy pretende sellar el acuerdo con la empresa y retirarse.
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