El vuelo de los Emiliozzi
Hace 59 años los “Gringos” de Olavarría, constituyeron un récord en la Vuelta de Necochea
Parece mentira. El próximo 31 de marzo se cumplirán casi seis décadas, de un hecho trascendental, para la historia del deporte motor y el mismo sucedió en nuestra ciudad, tal el caso de la hazaña de los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi, quienes se adjudicaron aquella cuarta Vuelta de TC de Necochea, en el veloz triángulo que unía nuestra ciudad con las Tres Arroyos y Benito Juárez, superando los 200 kilómetros por ahora de promedio, con la recordada “Galera” de Ford en un suceso inédito por aquel entonces.
El contexto
Para 1963, el Turismo Carretera que ya se había constituido en un fenómeno que trascendía el deporte y se había convertido en un fenómeno popular, que le disputaba mano a mano junto al boxeo, el lugar de vanguardia al fútbol en la primera plana de los medios en varias ocasiones, había cambiado de mando. Atrás, había quedado el dominio de otra dinastía de Ford, como la de los hermanos Juan y Oscar Gálvez, quienes monopolizaron las décadas teceístas del 40 y 50 ganando entre los dos 14 títulos de la especialidad (9 Juancito y 5 el popular “Aguilucho”) y era tiempo precisamente de los Emiliozzi y la emblemática Galera. Una coupé Ford, que recibió ese apodo, por su formato y contaba con el valor agregado de las válvulas laterales, toda una novedad para la época, que habían desarrollado estos artesanos de la ciudad del cemento en el viejo taller de la Calle Necochea, allá en Olavarría y con la que ya habían obtenido el título de 1962, luego de un mano a mano titánico con nuestro Armando J. Ríos, que se extendió hasta la última fecha de aquel ejercicio, cuando se llevó a cabo el Gran Premio, donde Armando rompió su Chevrolet y la balanza quedó inclinada para Dante, avocado a la conducción y Tito, quien por sus dificultades en la vista oficiaba de copiloto, marcando la hoja de ruta y estaba más metido en la preparación de los impulsores.
Saliendo del duelo
La cuarta vuelta de Necochea (las anteriores habían sido en 1960 y 1961, con victorias para Juan Carlos Navone con Ford y en 1962, donde el vencedor fue Ángel Meunier con Chevrolet), se desarrolló todavía en medio del dolor por la muerte de un ídolo.
Como el ya mencionado Juan Gálvez. Pilar en los primeros años del TC, donde se convirtió en bandera de Ford, junto con sus hermano Óscar, en los enfrentamientos contra los Chevrolet de Juan Manuel Fangio y Eusebio Marcilla, pero respetado por todos. El piloto capitalino y recordman de las estadísticas con 9 títulos y 56 victorias, marcas que aún hoy se mantienen vigentes, había perdido la vida poquitos días antes
del desarrollo de la Vuelta de Necochea, en la disputa de la Vuelta de Olavarría, llevada a cabo el 3 de marzo de aquel año, cuando se despistó en el “Camino de los Chilenos”, y salió despedido de su auto, producto de la no utilización del cinturón de seguridad.
Favoritos
De cara a la competencia, Dante y Torcuato Emiliozzi pintaban como máximo favoritos debido a que al título de 1962, había que agregarle los dos triunfos en las primeras competencias de la temporada, donde se impusieron de locales en Olavarría, como
así también en la Vuelta de Pergamino el 17 de marzo de aquella temporada, dentro un campeonato donde hubo carreras prácticamente durante todos los fines de semana. No obstante, la expectativa pasaba por si Armando J. Ríos u otros destacados pilotos de la época como Eduardo Casá, Santiago Luján Saigós, Rodolfo de Álzaga (campeón 1959) o las nuevas figuras, tal el caso de Carlos Alberto Pairetti (luego campeón en 1968) o Juan Manuel Bordeu (posteriormente monarca en 1966 y que venía de competir en Europa, en la fórmula Mini Junior de Europa, por entonces telonera de la F1), podían hacerle frente al poderío de los Emiliozzi.
La Carrera
La competencia estaba pactada a dos vueltas, por el Triángulo que unía Necochea – Tres Arroyos y Benito Juárez de 368.700 kilómetros, con punto de largada y llegada en nuestra ciudad, en cual había que cumplir un total de 737,400 kilómetros.
La expectativa a través de la radio, con el top de los aviones transmisores y la gente agolpada a la vera del camino, esperando por el paso de las 28 máquinas, por ese veloz trazado le daban un colorido especial a ese glorioso domingo 31 de marzo.
Los primeros referenciales, marcaron al “Sapo de Venado Tuerto”, Marcos Ciani al tope del clasificador con 15’’ de ventaja sobre los Emiliozzi.
La ventaja del líder respecto a su más inmediato perseguidor, se amplió a un minuto, Poniendo a Ciani, como candidato natural a cortar la seguidilla de los Emiliozzi, sin embargo cuando el santafesino estaba por arribar a Necochea, para cumplir con la primera vuelta, un problema mecánico lo obligó a desertar.
A partir de ese momento, todo fue de Dante Emiliozzi que dominó a voluntad, durante la segunda vuelta con un ritmo demoledor. Fue tan contundente la marcha de los Gringos, que no dejaron ni las migas. Ya que además de la victoria, se adjudicaron el récord de vuelta con un tiempo de 1h47’4’’ a 206.618 Km/h. Otra prueba de la velocidad punta de La Galera, es que los aviones transmisores de las organizaciones periodísticas que cubrían la competencia, no podían seguir el paso de los líderes.
De esa manera, Dante y Torcuato Emiliozzi se quedaron con la victoria para delirio de los hinchas del “Ovalo” y se empezaron a recibir de ídolos posteriormente a amasar semejante hazaña, como fue la de romper la barrera de los kilómetros de promedio final, (203.526, más precisamente).
Así pudo prevalecer sobre Santiago Luján Saigos (Ford) y sobre el ahijado deportivo de Juan Manuel Fangio. Juan Manuel Bordeu, quien completó el podio con “La Coloradita” de Chevrolet.
Luego Dante y Torcuato Emiliozzi, lograron triunfos en: Arrecifes, Bahía Blanca, La Pampa, Salto, Las 500 Millas Mercedinas, Nueve de Julio y Tandil, para completar un balance de 10 halagos en el año y holgadamente clasificarse campeones del Turismo Carretera, por segunda vez consecutiva y los 200 kilómetros de promedio, se batieron en otras ocasiones. Una de ellas, fue inclusive aquí mismo en 1964, cuando se impuso Marcos Ciani a 205.156.
Pero aquella piedra fundacional de superar los “200”, que constituyó un mojón para la historia del automovilismo y que todavía se recuerda, se dio hace casi 59 años en Necochea y con “Gringos de Olavarría” como principales protagonistas. ///