El sueño del jardín de infantes para el barrio
Se cumplirán 60 años de la apertura de inscripciones del Jardín 903. Desde la improvisación inicial a una referencia educativa en la villa balnearia
JUAN JOSE FLORES
Redacción
En agosto de este año se cumplirá un aniversario muy especial para la comunidad educativa de Necochea: 60 años desde que se abrió por primera vez el registro de inscripciones del actual Jardín de Infantes Nº 903, conocido en sus orígenes como Jardín Nº 3 de la villa balnearia.
Aquel 28 de agosto de 1965 marcó el comienzo de un largo camino institucional.
Apenas dos días después, el establecimiento comenzaba a funcionar oficialmente con una matrícula de 48 alumnos —25 varones y 23 niñas—, en el mismo edificio que hoy ocupa sobre calle 71 al 291.
La apertura fue un hito para el barrio y para el desarrollo del nivel inicial en la ciudad. Sin embargo, la alegría duró poco: apenas un mes más tarde, la actividad se paralizó de forma abrupta.
El motivo fue administrativo, pero tuvo consecuencias concretas para las familias: el inmueble era alquilado y el convenio de locación con el Ministerio de Educación provincial no se había concretado, lo que obligó al cierre temporario del jardín.
Muchos niños
A pesar de los contratiempos, las gestiones continuaron y en septiembre de 1967 el jardín pudo reabrir sus puertas. Poco después se constituyó la comisión cooperadora, que sería reconocida oficialmente en 1972.
La inauguración formal llegó el 31 de junio de 1968, en un acto que presidió María Elvira Arau de Moreno Kierman, por entonces titular de la Dirección de Enseñanza Preescolar de la provincia.
Desde sus primeros años, el establecimiento enfrentó un desafío central: la demanda siempre superó a la capacidad. Ya en 1975, la directora Aurora F. de Güetti detallaba que funcionaban dos turnos, con 180 niños inscriptos y 84 que no habían podido ingresar por falta de espacio.
“Tenemos solamente tres salas”, explicaba en una entrevista a Ecos Diarios, y agregaba: “Las salas son reducidas, los muebles deben trasladarse a los pasillos y muchos niños no tienen suficiente lugar para moverse libremente”.
Una historia de mudanzas
En sus primeros años de vida institucional, el Jardín funcionó en distintas sedes alquiladas, muchas veces adaptando hoteles para su uso educativo. En sus inicios lo hizo en el Hotel Paradise, ubicado en calle 71 Nº 185 casi 6, propiedad de la señora Ester Barale de Pacheco.
A partir de 1982, la institución se trasladó a otro inmueble, esta vez en calle 4 Nº 3773 entre 75 y 77. El lugar también era un hotel, alquilado a su propietario Julio Vázquez.
Cinco años más tarde, en 1987, el jardín cambió nuevamente de domicilio, instalándose en calle 85 Nº 722, casi avenida 10. Allí funcionó en un edificio que pertenecía a Arturo Mehl, también originalmente destinado al rubro hotelero.
Fueron muchos los esfuerzos realizados por directivos, docentes y familias para lograr finalmente un edificio propio. La comunidad educativa no solo sostuvo la matrícula y la calidad pedagógica a pesar de las mudanzas, sino que además participó activamente en la construcción simbólica y material del jardín.
Raíces propias
El entusiasmo era tal que en más de una ocasión, padres, alumnos y docentes visitaban los terrenos ya adquiridos para comenzar con la forestación del lugar. Una tarea compleja debido a las características del suelo, predominantemente arenoso y arcilloso.
El predio donde se levanta hoy el edificio definitivo cuenta con un perímetro de 2.500 metros cuadrados. En un principio se construyeron 680 metros, ya que el diseño original contemplaba el funcionamiento de una escuela primaria con comedor.
Desde hace unos años, el Jardín de Infantes Nº 903 de Necochea lleva el nombre de "Profesor Enrique Balech" en honor al destacado biólogo argentino nacido en La Pampa en 1912 y fallecido en Necochea en 2007.
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