El día que "El Tula" vino a Necochea y me confesó su historial de sueños cumplidos
Fue en una nota que brindó a Ecos Diarios en el año 2016, poco después de haber ocurrido un momento inolvidable en su vida
Por Ian Larsen - Redacción
“¿Que te puedo contar de mi vida?, puedo hablar horas porque he hecho mil cosas, desde tocarle el bombo a Perón, a Francisco, y a Rosario Central, hasta alentar a la selección en once mundiales”. Así iniciaba nuestra conversación, durante una nota que el bombisto más famoso del país le brindó a Ecos Diarios en el 2016.
Carlos Pascual, más conocido como “El Tula”, falleció este miércoles a los 83 años, pero tuvo una vida que si bien no estuvo colmada de dinero, sí estuvo colmada de experiencias inolvidables que muy pocos argentinos han tenido la posibilidad de vivenciar. Y así me lo hizo saber aquel día, cuando llegó incluso a emocionarse con algunos recuerdos, porque se los estaba contando a un joven de 24 años que realmente poco sabía de su historia de vida, pero que desde aquel día jamás olvidaría el nombre de “El Tula”.
El bombisto había visitado nuestra ciudad para hacer un paseo por la playa y sobre todo para hacer un descanso en las aguas termales de Médano Blanco ya que estaba en rehabilitación, luego de haberse colocado una prótesis en la cadera. “Conozco todas las termas de Argentina, pero las de acá son únicas y encontré las playas muy limpias”, manifestó el rosarino en aquel entonces.
Cabe señalar que Carlos fue un apasionado hincha de Rosario Central desde 1950, cuando fue a ver al equipo por primera vez con su padre. “Había visto a un hombre tocando el bombo y le pedí que me lo preste. No lo largué más hasta hoy”, dijo sonriente mientras descansaba en un hotel necochense.
Los mejores momentos
El primer recuerdo que tuvo y que más significativo fue para él es del 17 de octubre de 1971, en una época en la que era el hincha más reconocido y el único que tenía el bombo en las tribunas. Ese día se dio el gusto de conocer y regalarle su bombo a Juan Domingo Perón quien, al mismo tiempo y ya sabiendo que lo iba a visitar, le regaló otro. “Después me lo robaron, en la misma fecha pero del año siguiente”, recordó el confeso peronista de pura cepa.
Otro momento inolvidable de su vida fue cuando estuvo con el Papa Francisco, aunque ya lo conocía desde que era Jorge Bergoglio.
El Tula fue al Vaticano con la Selección argentina, que iba a entrevistar al santo padre pero él no estaba autorizado para entrar. Sin embargo, estaba allí para regalarle el libro de su biografía y para saludarlo y no se iría sin lograrlo.
El hincha se presentó ante la Guardia Suiza y les explicó quién era para que le pregunten a Francisco si él podía entrar. "¿Vino el Tula? ¡que entre!", le dijo el Papa a la seguridad del Vaticano y así vivió uno de los mejores momentos de su carrera tocando el bombo en el vaticano junto a los jugadores de la selección argentina.
Finalmente, el hombre que llevaba habitualmente la camiseta que decía “las Malvinas son argentinas” a todos lados y que en su viaje Necochea no fue la excepción, en el año 2015 había cumplido su sueño de pisar esas tierras con una bandera celeste y blanca, como le había prometido en persona a Perón, hacía 40 años.
Los no tan buenos
“En la época de la dictadura, si cantabas la marcha peronista o gritabas algo ibas treinta días preso, era bravo para mí que lo hacía hasta en la cancha”, recordó como algo negativo de todos los años que llevaba con el bombo a su lado y agregó que estuvo “al frente en todos los enfrentamientos” aunque sin ejercer a violencia.
Por otro lado, recordó que su primer viaje a un Mundial (Alemania ‘74) lo hizo en barco hasta Portugal y a dedo hasta Alemania junto con su bombo y allí pasó un momento bastante desesperante. “Perdí la dirección del lugar en el que estaba la selección y no sé hablar alemán. Estaba con la mochila y el bombo en la calle y le hacía señas a la gente diciéndole ‘fulbo, fulbo’ hasta que saltó un tipo de España y me ayudó a llegar donde estaban los jugadores que ya me conocían porque había varios de Central. Encima ese año murió Perón y yo no estaba”, explicó.
Sin embargo, de aquel viaje a Alemania también recordó una divertida anécdota del primer partido que jugó allí la selección. “Entré con el bombo y, los alemanes, que son perfectos, no sabían ni qué era. Me paré en la línea que estaban los de la televisión y empecé a tocar. En el próximo partido me esperaron y me dijeron que el ‘aparato mecánico’, o sea mi bombo, lo tenía que dejar afuera. Para el siguiente partido ya me había hecho famoso en un montón de países por tantas entrevistas y me dejaron pasar”, recordó.
Finalmente, quiso dejar en claro que todos sus viajes fueron sin disponer de dinero pero gracias a la ayuda de amigos y a que es muy querido por mucha gente.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión