Después de 25 años, se despide de la calesita: “Es un mundo mágico”
Julio Salto compartió sus recuerdos, tras haber pasado más de dos décadas haciendo felices a los más chicos. Hoy es su último día
Julieta Moreno
Redacción
“La calesita es un mundo mágico”, expresó Julio Salto, quien después de 25 años se retira de la actividad, sabiendo que un poco va a extrañar, pero con la emoción y la alegría de haber sido parte de la infancia de muchos necochenses.
En una entrevista con Ecos Diarios, Julio César Salto, el encargado de la calesita del parque Miguel Lillo y del carrusel de la Plaza San Martín compartió sus recuerdos y anécdotas en su último día de trabajo. Habló sobre su experiencia, su relación con los chicos y la amistad que lo une con quienes fueron durante más de dos décadas sus compañeros de trabajo.
Ambas calesitas pertenecen al taller protegido de la Asociación Todo para Ellos, entidad que se ocupa de la inclusión laboral de jóvenes y adultos con discapacidad. Desde hace 25 años, Julio se ocupa de abrir y administrar las calesitas, junto a los operarios del taller -siempre dos de ellos-, que lo acompañan para vender los boletos, organizar a los niños y ofrecer la sortija. “Ellos no solo fueron mis compañeros de trabajo, sino que, sobre todo, son mis amigos”, expresó, dando cuenta de la amistad que lo une con las personas que se desempeñan en el taller protegido y también con sus familias.

Los inicios
Salto comenzó a trabajar en el carrusel de la plaza San Martín en enero del año 2000, cuando el lugar era propiedad de Alberto Medina, un ingeniero, que la había fabricado en Lomas de Zamora. En aquel entonces, trabajaba afuera de la calesita, junto a los operarios del taller, recogiendo los boletos y controlando que los chicos no se bajaran.
Con el paso del tiempo, la calesita cambió de manos y pasó a ser propiedad de la Asociación "Todo para Ellos" y, en ese momento, Salto se convirtió en el encargado en colaboración con los chicos del taller, quienes aprendieron gracias a esta actividad a trabajar y a interactuar con la comunidad.
En 2003, la entidad sumó la concesión de la calesita del Parque, por lo que también quedó a su cargo. "Fue un desafío nuevo y emocionante", contó Julio, que gracias a su experiencia y al apoyo de Todo para Ellos, la calesita se convirtió en un atractivo para los niños sobre la avenida 10 y, por supuesto, en un espacio más de trabajo para personas con discapacidad.
"Recuerdo que cuando empecé, los chicos del taller protegido no hablaban ni se relacionaban con la gente", recordó. "Hoy en día, son capaces de manejar la caja y atender a los clientes. Es un cambio increíble".

Lo que significa la calesita
Al pensar en estos 25 años, hizo referencia a la importancia que ha tenido y tiene la calesita en la vida de las personas y mencionó que no solo llama la atención de los chicos sino también de los grandes. "Recuerdo cuando una abuela vino con su nieto y sacó un boleto para ella misma", recordó Salto. "Me preguntó si podía subir y le dije que sí, por supuesto. Momentos como esos hacen que este trabajo sea tan especial".
También recordó que hay personas que se suben a la calesita con sus mascotas. “Incluso hay quienes filman toda la vuelta con sus perros”. Asimismo, suben grupos de jóvenes que se sacan fotos y hacen videos para subir a sus redes y, en este sentido, todos son bienvenidos si es para divertirse.
Sobre lo que significó trabajar en el lugar tantos años, expresó: "La calesita es un mundo mágico; es un mundo de ternura y cariño. Además, destacó: “Los chicos me abrazan y me besan todos los días. Es un lugar donde la gente se siente feliz y segura".
Después de 25 años, contó que hoy en día se acercan adultos, que han disfrutado de las calesitas, para traer a sus nietos y, de muchos de ellos, Julio se acuerda hasta el nombre.
Además, indicó: "La gente me reconoce en la calle y me dice 'Julio, vos sos el de la Calesita'. Es un orgullo para mí haber sido parte de esta comunidad durante tanto tiempo".
Si bien tiene pensando, como parte de un proyecto personal, viajar a Perú y quizás quedarse a vivir por allá, aseguró que siempre va a volver a visitar a la comunidad. "No me voy a ir y no voy a volver nunca más", señaló. "Voy a ir y voy a volver. La calesita siempre será parte de mí".
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