Con gran interés se realizó charla sobre el Parque Miguel Lillo
Se llevó a cabo en la biblioteca del ex Colegio Nacional
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
Con una amplia convocatoria, se desarrolló ayer por la tarde el 2º Encuentro de charlas “Conociendo el Parque Miguel Lillo”, una propuesta que reunió a especialistas, estudiantes y vecinos en la biblioteca del ex Colegio Nacional, con el objetivo de reflexionar sobre la riqueza natural, social y cultural de uno de los espacios verdes más emblemáticos de Necochea.
La actividad, organizada por el Instituto Superior de Formación Docente Nº 163 y la Asociación para la Conservación del Parque Miguel Lillo, se extendió de 18.15 a 20 horas y permitió acercar distintas miradas sobre la importancia de este pulmón verde, atravesado históricamente por tensiones entre la conservación y los intereses económicos.
La propuesta se inscribe dentro de un ciclo de charlas que busca acercar la ciencia, la investigación y el pensamiento crítico a la comunidad, generando instancias de diálogo que permitan comprender en profundidad los desafíos que enfrenta la defensa del parque. En esta segunda edición, los asistentes colmaron la sala y se mostraron muy interesados en las exposiciones, que combinaron perspectivas sociales y ambientales.
Disertaciones especiales
La primera disertación estuvo a cargo de Julián Lozano Flores, becario doctoral de la Universidad Nacional de Mar del Plata e integrante del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. Su charla, titulada “Los roedores tucu tucu: habitantes de los médanos costeros y del Parque Miguel Lillo”, permitió adentrarse en el mundo de esta especie poco conocida pero fundamental para los ecosistemas locales.
“Quiero contarles un poco quiénes son estos roedores llamados tucotucos, por el sonido que emiten cuando cantan. Son animales subterráneos que se dejan ver muy poco, pero seguramente muchos de ustedes los han visto alguna vez en Necochea”, relató Lozano al comienzo de su exposición.
El investigador explicó que la especie se encuentra amenazada y que requiere estudios y estrategias de conservación: “Es fundamental generar conocimiento y conciencia sobre estos animales, porque cumplen un rol clave en el equilibrio de los médanos costeros”.
El joven científico, que reside en Mar del Plata, compartió además su primera experiencia dentro del parque: “Había pasado por Necochea antes, pero nunca había tenido la oportunidad de entrar al parque. Fue maravilloso recorrerlo, ver los espacios y el trabajo comunitario para mantenerlo y darle valor. Es un lugar muy bonito para toda la comunidad y también para los turistas”.
Lozano señaló que la investigación sobre tucotucos en la región tiene una larga trayectoria, con trabajos desarrollados por especialistas desde hace varias décadas. En su caso, busca continuar esa línea de estudios para aportar información que permita conservar la especie y, al mismo tiempo, acercar a la comunidad el conocimiento científico de manera clara y accesible.
Luego fue el turno de la investigadora Rosita Sarriés, quien presentó la charla titulada “El Parque Miguel Lillo como espacio de disputa”. Allí propuso analizar los conflictos que han marcado la historia del predio, desde los imaginarios sociales hasta los intentos de privatización y los desafíos actuales.
“Como dice el título de la charla, el Parque Miguel Lillo es un espacio de disputa. La disputa de los imaginarios, de los sentidos, de la palabra y hasta del nombre”, explicó Sarriés al iniciar su presentación. “Este espacio, que acaba de cumplir 80 años, está atravesado por distintos momentos históricos y por los tres ejes que organizan económica y políticamente la comunidad: el puerto, el campo y el turismo”, agregó.
La especialista destacó la reciente sentencia de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata que dejó sin efecto una concesión considerada irregular: “Esa resolución marca un momento histórico porque se vulneró el derecho a la información de la comunidad. Defender ese derecho implica una ciudadanía intelectualmente fuerte, capaz de ejercerlo con responsabilidad”.
Sarriés también señaló que el interés por el parque se refleja en la masiva participación de la comunidad en cada actividad que se organiza: “Todo lo que tiene que ver con el parque genera mucho éxito, tanto las visitas guiadas como las charlas. Siempre hay público, personas que acompañan y se interesan. Eso muestra la vigencia de la defensa de este espacio”.
En otro pasaje de su exposición, planteó la necesidad de comprender el parque como parte de un sistema frágil que combina suelo costero y dunas: “La forestación es el instrumento para mantener ese sistema de costa de duna que es volátil y genera muchas complicaciones en su lugar. La plantación ha demostrado su eficacia en casi 80 años, manteniendo la estabilidad del médano y garantizando la permanencia de este ecosistema”.
Para la investigadora, el Parque Miguel Lillo se encuentra en una ubicación estratégica que explica en parte las disputas recurrentes. “Por su localización, siempre está en el ojo de la tormenta. A lo largo de la historia hubo inversores interesados en avanzar con proyectos urbanísticos o hoteleros. Frente a eso, lo que ha sostenido su existencia ha sido el compromiso de la comunidad y de personas que, desde distintos ámbitos, han defendido su condición de pulmón verde”, subrayó.
Comunidad y compromiso
El encuentro volvió a demostrar el interés que despierta el Parque Miguel Lillo entre la ciudadanía. La diversidad de edades de los asistentes, desde estudiantes secundarios hasta adultos mayores, puso de manifiesto que el cuidado del parque atraviesa a distintas generaciones.
“Ofrecer una nueva mirada es la idea, brindar recursos para una defensa eficaz de un espacio tan valioso”, resumió Sarriés. La especialista insistió en que la comunidad debe contar con herramientas intelectuales y políticas para enfrentar los intentos de privatización: “No siempre los momentos de la lucha tienen la fuerza y la visibilidad que hoy tenemos. Por eso, debemos aprovechar esta instancia para consolidar la defensa”.
La jornada concluyó con un intercambio entre los asistentes y los disertantes, reafirmando la necesidad de fortalecer la educación ambiental, la investigación y la participación ciudadana como pilares para la preservación del Parque Miguel Lillo.
El ciclo de charlas continuará con nuevas ediciones, siempre con el mismo objetivo: seguir construyendo conciencia y compromiso en torno a un patrimonio natural que es orgullo de Necochea.
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