Compartir su experiencia para devolver todo lo aprendido
Marina Arias. Realiza tareas de voluntariado y profundiza en distintas terapias alternativas
A poco de entrar en la adolescencia se despertó en Marina Avila su vocación por ayudar a los demás. Cuando tenía 12 años y concurría a quinto grado fue seleccionada entre las mejores notas y por su responsabilidad para incorporarse a la Cruz Roja, “y aún sigo siendo voluntaria” expresó.
Además, en el transcurso del tiempo se formó como cosmetóloga, ha estudiado y profundizado en diferentes disciplinas y terapias alternativas con el objetivo de hacer que las personas que se acercan tengan una mejor calidad de vida.
Ingresar a la Cruz Roja le dio la orientación básica en lo que interesaba y aprendió a interactuar con los otros, “porque en Tandil se trataba de evitar que los chicos estuvieran en la calle y los que participábamos los sábados teníamos clases de anatomía, fisiología, lesiones, primeros auxilios, RCP; a los 16, se podía pasar a socorros y con dos años más terminaba siendo enfermera”.
Su proyecto es comenzar a dar este tipo de entrenamiento gratuitamente en escuelas y en academias deportivas o clubes para que los chicos identifiquen cuáles son sus movimientos, conozcan las articulaciones y la parte ósea “para aprender a cuidarse de las lesiones”.
En ese sentido agregó que “es una pena que no sepan porque hacen cosas maravillosas y si tuvieran incorporada la anatomo fisiología biomecánica al deporte sería ideal”.
Talleres
El año pasado Marina participó de unos talleres que se realizaron en la Escuela Técnica Nº 3 donde pudo interactuar con los chicos y avanzar en el camino que se ha trazado.
Arias estudió Osteopatía durante un año, especialmente lo referido a columna vertebral, y le sumó la biomecánica. Además, es terapeuta biomagnética, “se trabaja con la vibración magnética de las células, es la parte bioeléctrico del cuerpo”, explicó.
Entre sus múltiples actividades, coordina el Centro de Equilibrio Bioenergético y, en su rol de facilitadora, cuando puede colabora con el Dr. Ramzes de Olavarría, un profesional que tiene una escuela de medicina cuántica y reúne a personas de distintas disciplinas, como reikistas, médicos clínicos, terapeutas holísticos, etc, “para que de la experiencia de todos se haga una medicina integral”.
Como parte de su formación, en 2018 Arias tomó parte del Congreso Iberoamericano de Neurociencias que se realizó en Mar del Plata, al que asistieron profesionales de la Argentina, México, Cuba y otros países.
Su objetivo es compartir sus conocimientos y difundir estas disciplinas que pueden proporcionar bienestar y mejor calidad de vida a la gente, por lo que no duda en tomar parte de eventos deportivos donde con sus alumnos de la escuela de capacitación profesional Manos de vida, ofrece masajes así como también participa en programas radiales en los que se refiere a todas las temáticas que ha estudiado.
“Devolver lo que me han dado, todos los terapeutas somos herramientas, y la otra persona tiene que poner su parte, querer mejorar su calidad de vida”, finalizó Arias.///
RETRATO
Ver a la persona
como un todo
Hace 13 años que se dedica a estudiar y profundizar en los temas que le interesan, inclusiva Marina también tomó clases de física “para poder implementar el todo y tratar a la persona desde lo espiritual, la biomecánica, la bioenergía mientras que el estado de ánimo lo da la biodecodificación”.
Cabe mencionar que en la Cruz Roja se interesó en lo relacionado con el cuerpo humano, después vino a vivir a Necochea y recién a los 26 años retomó con cosmetología y estética, “después todo me pareció poco y empecé a relacionar la estética con la salud”.
De esta forma, interiorizándose en la parte orgánica comenzó a notar resultados positivos y desde hace tres años comenzó a formarse en la terapia biomagnética, en la escuela de la antropóloga Graciela Pérez Martínez. “este año voy a comenzar medicina china porque hice digitopuntura y acupuntura pero todo me parece poco”.
Nació en Tandil, vive en Necochea hace varios años y es mamá de seis hijos y Marina apunta a la toma de conciencia, a ver a las personas como un todo, “ofrecer una medicina integral donde el psicólogo, nutricionista, médico, terapeuta y masajista trabajen en conjunto, apuntando a la excelencia”.