“Amo mi profesión y transmitir las enseñanzas, es algo gratificante”
Aseveró la profesora de Artes Visuales, Graciela Pellegrino, quien lleva más de 30 años en la Escuela Municipal de Artes y también durante una década, fue directora de la Escuela Primaria Nº 31
Mario Maruca
Redacción
Graciela Pellegrino nació, estudió y formó una familia en la Capital Federal, pero el destino de la vida y el amor de sus padres por Quequén, la trajeron para este lugar costero, que tiene un encanto y costumbres diferentes, cualidades que la atraparon.
“Soy nacida en Capital Federal, en la ‘República’ (el barrio) de Mataderos (risas), como le decimos nosotros con mucho orgullo, donde estudié y cuando me casé, nos vinimos a vivir a Quequén”, contó la mujer.
Graciela señaló también que su marido, en aquel momento, trabajaba en el Correo y solicitó el traslado a la sucursal de nuestro medio.
Recordó que “estaba el antecedente que mis padres vinieron de luna de miel a Quequén y desde ese momento, todos los años y en cualquier período que se presentara como posibilidad, hacíamos un viaje para estos lugares”, sostuvo Pellegrino.
Pasión por las artes
Durante la charla mantenida con Ecos Diarios, afirmó que “estudié Artes Visuales porque desde chica me gustó dibujar, pintar y realizar actividades con mis manos”.
Añadió que “terminé la escuela secundaria y visitando una institución de artes, me presentaron la Escuela Nacional de Cerámica, ahí mismo me fui a anotar y comencé con este hermoso camino de la cerámica”.

La docente resaltó que en los primeros tiempos, “empecé dando clases en escuelas de educación especial hasta que me mudé a Quequén. Luego, me tocó trabajar en muchas escuelas, primarias, secundarias y en el Seminario en la Provincial de Artes”.
Graciela Pellegrino se desempeñó durante 24 años en la Escuela Primaria Nº 31 en el barrio Seis Esquinas y una década, la tuvo a cargo de la Dirección de ese establecimiento quequenense.
Profesora de Cerámica
“Ya hace 32 años que trabajo en la Escuela Municipal de Artes como profesora de Cerámica. Amo mi profesión y enseñar, transmitir ese sentimiento es algo muy .gratificante”, enfatizó.
Aseguró que “trabajar con la arcilla, experimentar, ver la alquimia que se realiza con lo que nos desenvolvemos, es un mundo lleno de satisfacciones. Y cómo le digo siempre a mis alumnos, nunca digan ‘yo no puedo…’, siempre se puede, cada cual a su tiempo y posibilidades, y al final, se puede observar lo que realizaron”.
Al respecto y a modo de mensaje a los chicos, Pellegrino esbozó como consejo: “Estudien, nunca dejen de investigar, de indagar, de formarse, realicen nuevos proyectos que les llene su vida y los haga crecer. Que nadie se ponga límites, siempre se puede tener proyectar y disfrutar de nuevos sueños en la vida.
Perfil
Una noble profesión y el hermoso desafío de ser docente
“La Docencia para mí es una de las más noble y gratificante profesiones. Ser docente es un hermoso desafío, dónde cada día es una nueva oportunidad para aprender y crecer juntos”, sentenció Graciela Pellegrino en otro tramo de la conversación con Ecos Diarios.
Además de su actividad que desarrolla con amor y pasión, como lo demuestra su rostro, sus ojos también brillaron cuando contó como gran oportunidad de la vida que “soy madre de tres dulces hijos y abuela”.
Tras alejarse de su querido barrio de Mataderos para iniciar una nueva aventura, la profesora de Artes Visuales se afincó en Quequén, un lugar elegido por sus padres para fortalecer el amor que los unió.
Actualmente, Graciela junto a sus familiares, residen en cercanías al Monumento a los Caídos y Combatientes de Malvinas y disfruta de los diferentes momentos con sus nietos. ////
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