“Abracé la vocación docente y fue un placer trabajar en Educación”
Señaló Norma Aparicio, quien desarrolló su profesión durante 30 años y cumplió servicios en escuelas urbanas y rurales, de Necochea, Quequén y San Cayetano, de donde es nativa
Mario Maruca
Redacción
Norma Aparicio nació en San Cayetano pero desde hace varios años reside en Necochea. Estudió la carrera para ser docente siendo adulta y cosechó el reconocimiento de ex alumnos, colegas y directivos con los cuales trabajó a lo largo de tres décadas.
“La vocación docente la abracé desde muy pequeña y siendo ya una persona mayor en edad, pude concretar ese anhelo de ser docente. Estudié mientras vivía en San Cayetano y me recibí en Tres Arroyos, adonde viajaba durante los fines de semana”, comenzó diciendo Norma Aparicio.
Y añadió que “en la semana cumplía funciones en las escuelas rurales y los viernes a la noche me trasladaba a Tres Arroyos para participar de las clases, que se desarrollaban desde las 8 de la mañana hasta las 20”.
En la charla mantenida con Ecos Diarios para el espacio Perfil de Mujer, la docente jubilada explicó que “tuve la posibilidad de estudiar en la etapa de adultez y me recibí en 1986, mientras que trabajé durante cinco años en escuelas de San Cayetano.
Se radicó en Necochea
“En 1995, nos radicamos en Necochea y comencé a ejercer la profesión en esta ciudad.
Cumplí funciones en la Escuela Nº 12, en la Escuela Nº 1 y también en el anexo del Centro Complementario Nº 803. Valoro que gran parte de mi carrera fue en la modalidad de Educación de Adultos”, enumeró.
Recordó Norma sus pasos por las escuelas destinadas a los adultos, por ejemplo, la 702 que funciona en la Escuela Nº 2, frente a la Plaza Dardo Rocha, también lo hizo en la Escuela Nº 35 del barrio Puerto y en la Escuela Nº 48, que se emplaza al lado del Hospital Municipal Ferreyra.
“En Quequén, trabajé en la Escuela Nº 40 del barrio Estación Quequén, donde funciona la Escuela para Adultos Nº 702 y en el Hogar de las Hermanas Canossianas, que se ubica frente al Hospital Municipal Irurzun”
Aparicio dijo que “como preceptora, también cumplí 25 años de labor en la Escuela Secundaria Nº 7” (conocido antiguamente como el Colegio Comercial).
En el área rural, además, Norma llevó adelante una intensa labor en los días de la semana: por ejemplo, en parajes Cristiano Muerto y Defferrari, y en Ochandio, todas escuelas pertenecientes al distrito de San Cayetano.
Trato respetuoso
“He tenido un trato respetuoso con mis compañeros de trabajo y los alumnos, más allá que, seguramente, hubo algunos inconvenientes normales de trabajo que luego se solucionaron, pero tengo muy buenos recuerdos”, sostuvo en la conversación con Ecos Diarios.
Tras desarrollar sus actividades durante 30 años de servicios y pasando por las distintas modalidades de la enseñanza, en 2019, Norma Aparicio accedió al beneficio jubilatorio e inició una nueva etapa de vida.
“Algunas de las personas con quienes he trabajado me comentan que la Educación ha cambiado bastante. El contacto con las familias de los estudiantes, con los chicos inclusive. La tecnología modificó todo y la situación social en general”
Añadió que “consideró que antes, todo era diferente en las escuelas y siempre menciono la experiencia vivida en los establecimientos rurales de la región. Fue maravilloso trabajar en esos lugares, donde el vínculo con los alumnos y padres era muy distinto”.
Perfil
El contacto con sus ex alumnos y compañeros
“Si tuviera que elegir una profesión en otra vida, me inclinaría nuevamente por la Educación, claro que sí, además, me da placer cuando las chicas estudian y se reciben, incluso, algunas me consultan o piden consejos y trato de responderles”, manifestó Norma Aparicio.
“El balance es muy positivo y he cosechado muchas amistades en esta vida junto a la docencia”, puntualizó.
Reencuentro inesperado
La mujer también sostuvo que “me da placer cuando un ex alumno me dice, ‘vos me enseñaste a leer’ y me pasó hace algunos días, en el Centro Vasco, donde se desarrolló una peña folclórica y me encontré con una señora de 36 años, que me abrazaba efusivamente”.
Recordó emocionada que “tuve que preguntarle cómo se llamaba y era también de una ex alumna. Por eso digo, es una alegría enorme para mí ese reconocimiento”.
Cabe señalar que Norma Aparicio vive con uno de sus tres hermanos, Carlos, y tiene varios sobrinos que, lógicamente, son parte de la familia.
La mujer ahora disfruta de otro tiempo de vida y lo comparte con ex compañeros de trabajo y amistades en general.
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