A más de cien años del primer servicio de colectivos
En 1921 funcionaba como complemento del tranvía eléctrico que unía la estación de trenes con la Villa Díaz Vélez
Archivo
Ecos Diarios
El primer servicio de colectivos que transitó por nuestra ciudad funcionó como complemento del tranvía eléctrico, en 1921.
Eran dos autos-camiones con capacidad para 20 pasajeros, propiedad de J. P. Hansen.
Partían desde avenida Alsina (hoy avenida 59), frente al hotel Amondarain, para finalizar el trayecto en la playa, y los boletos costaban 30 centavos.
Los usuarios podían comprar abonos de 100 boletos, con una rebaja del 15 por ciento.
Años más tarde, en 1930, la empresa de ómnibus de un vecino de apellido Teodori, unía la playa con el centro.
Pero parece que ninguna empresa cumplió con las necesidades de la población hasta la aparición de la Compañía de Omnibus “Necochea-Quequén”, fundada por Alfredo Menghini.
La rapidez, la seriedad, la comodidad y los precios módicos fijados, hicieron que la mencionada compañía conquistara inmediatamente el favor público y fuera mirada por todos con gran simpatía, según un artículo de Ecos Diarios de octubre de 1933.
La Necochea-Quequén
Menghini había iniciado su actividad en el transporte de pasajeros en la ciudad de Mar del Plata y en 1931 llegó a la ciudad. “Tuve la satisfacción de traer a Necochea un nuevo y necesario factor de progreso para la ciudad, Quequén y el Puerto”, señaló el empresario a Ecos Diarios.
Durante un mes se trabajó en la reparación de los coches, limpieza y pintura, y el 15 de junio de 1931 comenzó a funcionar el servicio.
“Los altos precios que regían, rodaron por tierra no bien salió a la calle el primero de nuestros coches. Y era de esperarlo: ¿Quién no viaja al Puerto por sólo veinte centavos?”, se preguntaba Menghini.
En 1933, la empresa sumó a su flota coches con asientos “pullman” con capacidad para 21 pasajeros, como los que circulaban por las calles de Buenos Aires.
Ese año, el joven empresario explicaba que “el Puente Colgante y los ómnibus han hecho de Necochea y Quequén una sola ciudad”.
“A la hora llamada de las compras, numerosas señoras y señoritas viajan todos los días de Quequén a Necochea. Los sábados a la noche y los domingos durante todo el día, es cuando más personas se trasladan de Quequén a esta ciudad”, señalaba en una entrevista por el aniversario de la ciudad.
El movimiento de pasajeros era más intenso a las 6 de la mañana, a las 11 y a las 17, cuando se registraba el mayor tránsito de obreros hacia sus lugares de trabajo o de regreso a su hogar.
La empresa contaba con cinco coches y ni el mal tiempo ni las dificultades propias de la vialidad deficiente en algunos trechos de la línea, podían entorpecer el servicio, que se caracterizaba por su regularidad.
Durante el verano, se ampliaba el recorrido hasta la playa de Quequén y el paraje denominado “La Pileta”.
Colectivo amarillo
Pero, cuando la ciudad comenzó a crecer, otras compañías comenzaron a recorrer las calles de la ciudad. Apareció así “el colectivo amarillo”, en el que viajaban ocho personas, pero realizaba viajes veloces entre la playa y el centro de la ciudad.
Mientras que entre 1940 y 1968 también funcionó la empresa “El Colgante”, cuyos colectivos blancos con trazos celestes iban hasta Quequén.
La empresa contaba con cinco coches y ni el mal tiempo ni las dificultades propias de la vialidad deficiente en algunos trechos de la línea, podían entorpecer el servicio, que se caracterizaba por su regularidad.
Durante el verano, se ampliaba el recorrido hasta la playa de Quequén y el paraje denominado “La Pileta”.
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